arte. De todos es conocida la querencia de esta capital por los murales. Prueba de ello son las obras de arte que cubren un buen número de fachadas de bloques de edificios en barrios como el Casco Viejo o Zaramaga, entre otros. Lo que no es tan habitual es que un graffiti aparezca en un lugar de difícil visión y de más complicada ubicación. En la imagen, la firma del artista, que parece que es lo único que le dio tiempo a plasmar. Foto: Jorge Muñoz