vitoria - El centro de la capital alavesa volvió ayer a convertirse en referencia de solidaridad. Lo hizo de la mano de CEAR (Comisión de Ayuda al Refugiado) de Euskadi. De hecho, los responsables de esta ONG hicieron las veces de padrinos en una comitiva de apoyo y refresco a una iniciativa personalizada en el rostro y las piernas de un atleta, el corredor Óscar Pasarín, implicado en una causa que requiere de esfuerzo, tanto del social como del deportivo. De hecho, el deportista culminaba poco antes de las 14.00 horas la primera etapa de su carrera de 591 kilómetros por el derecho de asilo. Su empeño, bajo el lema Esto hay que cortarlo, nace para luchar en contra de las vallas y a favor de las personas refugiadas.

La campaña que acompaña a la carrera pretende recoger firmas contra las cuchillas y los métodos utilizados, por ejemplo, por el Estado español en las fronteras de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla para intentar de evitar la llegada de inmigrantes africanos. Además, se pretende fomentar la compra de kilómetros en solidaridad con las personas refugiadas. Se pide también la colaboración para la difusión del evento.

Óscar Pasarín recorrerá las tierras del País Vasco siguiendo una ruta por montaña que equivale a subir cuatro veces el Everest. El itinerario le llevará a atravesar 112 poblaciones diferentes. En todas ellas dejará el poso de su mensaje.

La primera etapa recorrió 65 kilómetros y superó un desnivel de 6.200 metros. El deportista salió de Bilbao y llegó a Gasteiz a la 13.30 horas en compañía del ultrafondista Samuel Arroyo. Al llegar, ambos se encontraron con una comitiva en la que los representantes de CEAR Euskadi Rosabel Argote y Javier Villanueva les dieron la bienvenida. - DNA