vitoria - Las instituciones públicas tienen la responsabilidad de implantar políticas que promuevan la creación de empleo digno, pero ya se sabe qué dice el refrán sobre la casa del herrero. Los hasta ahora trabajadores de KZgunea Araba han decidido hacer pública su situación, al quedarse todos en la calle. Tras varios años en los que el servicio era gestionado por tres empresas -una por territorio-, esta vez el Gobierno Vasco ha subcontratado a una compañía “que ha impedido la continuidad de los empleados, al conceder entrevistas a unos pocos, a los que se les ofrecieron condiciones irrisorias y, en muchos casos, absurdas para que no aceptaran los puestos, como desplazarse cada día a trabajar a otra provincia, encargarse de una barbaridad de centros...”.
Las consecuencias han sido, según cuentan los afectados, el despido masivo de la plantilla y su sustitución por “gente sin experiencia que cobrará 13.250 euros brutos anuales”. Los sueldos de los antiguos dinamizadores oscilaban entre los 12.500 y 15.000. “Muy distante, como se puede apreciar, de los 2.400 euros mensuales que el Gobierno Vasco paga por este puesto a la subcontrata”, advierten los extrabajadores. El colectivo no puede entender cómo desde el Ejecutivo autonómico “se da el beneplácito a que en un servicio donde se imparten clases a grupos de población en riesgo de exclusión sean despedidas todas las personas para poner condiciones de trabajo semiesclavistas”. - J.S.