Gasteiz - Aunque en unos pocos años la Policía de barrio de Gasteiz ha pasado de contar con 45 efectivos a disponer de 73 patrulleros, la extensión de la capital alavesa impide que estos agentes, llamados a detectar y gestionar las deficiencias que presenta cada distrito de Vitoria, a generar sensación de seguridad con su sola presencia, y a crear una relación de confianza con los vecinos, hace que no sean suficientes. Así al menos se lo transmitieron las asociaciones vecinales al equipo de gobierno en el consejo territorial de Judimendi que tuvo lugar el pasado martes en el centro cívico de este barrio vitoriano.
Según Ángel Madina, presidente de la asociación de vecinos del barrio consultado por DNA, con dos agentes se cubre una extensión demasiado grande de terreno y eso hace que el servicio no cumpla con su función. “No es efectivo y a ellos mismos se lo parece”, señaló con respecto a los representantes del Ayuntamiento vitoriano.
Javier Fernández de Betoño, de Arana, lo corrobora. “Hay un solo policía de barrio para Salburua, Arana, Aranbizkarra, Judimendi, Santiago y Santa Lucía”, afirmó Fernández de Betoño, quien explicó que ese agente, que se desplaza en ciclomotor, cuenta además con el apoyo de una patrulla que se desplaza en coche, pero que abarca una zona aún más amplia. “Nosotros lo que pedimos es que se les vea, cuando pasa algo enseguida vienen un montón de policías, pero una vez que se ha cometido el robo ya no se puede hacer nada”, enfatizó el representante vecinal, quien en todo caso señala que en la zona no se percibe una especial sensación de inseguridad.
En la actualidad, según los datos del Ayuntamiento gasteiztarra, el este de la ciudad está dividido en cuatro grandes zonas en lo que a la Policía de barrio se refiere: Aranbizkarra, Santiago y Arana; Judimendi, Santa Lucía, Desamparados y Ensanche; Aranzabela y Salburua, y San Cristóbal y Adurza. El servicio se presta actualmente en un total de 16 barrios de toda la ciudad (se comenzó atendiendo a una decena) y se ha redefinido para, después de actuar principalmente en la zona consolidada y la que tiene mayores índices de delincuencia, desplegarse por los nuevos barrios.
Percepción En respuesta a este diario, el concejal de Seguridad Ciudadana, Alfredo Iturricha, aseguró que la queja de los vecinos responde más a una percepción que a la realidad, por cuanto, según la memoria de la Policía Local, en Santiago, Arana y Aranbizkarra trabajan cuatro agentes de barrio; otros tantos en el Ensanche, Desamparados y Judimendi, y ocho más en Aranzabela, Salburua y Santa Lucía.
Sin embargo, la presencia policial no es suficiente para los vecinos del este de la capital alavesa, donde además el mobiliario urbano se les está quedando viejo. Así se lo transmitieron al concejal desplazado a la reunión, Manu Uriarte, a quien explicaron que hace ya más de diez años que no se renuevan bancos o papeleras, que el pavimento se encuentra muy deteriorado en varias zonas y que “la inversión en esta materia ha ido en los últimos años al centro, a la Avenida y a los nuevos barrios”.
Fianzas excesivas Por otro lado, las asociaciones pusieron en común los avances logrados con respecto a reclamaciones de citas anteriores, como la mejora de la señalización de varios pasos de cebra peligrosos en calles como Santiago, Extremadura, Andalucía o Galicia; y dieron cuenta de su malestar ante el importante incremento de las fianzas a las asociaciones por ocupación del espacio público durante las fiestas. La queja, transmitida precisamente escasas horas después de que se apagaran las hogueras de Judimendi, se puede medir en cifras.
“El año pasado pagamos 600 euros y este hemos tenido que poner 1.800, y aunque se supone que nos lo devolverán, es un dinero que hay que conseguir por adelantado”, explicó Fernández de Betoño. A esta situación hay que añadir que las asociaciones ya no pueden ceder sus descuentos en las tasas de espacio público a los feriantes, lo que hace complicada la presencia de las barracas en algunos barrios de la ciudad.
Por su parte, Ángel Madina reclamó en la reunión del consejo que el Ayuntamiento limpie una parcela de la calle Los Aramburu donde la hierba crece sin control, o les obligue a sus propietarios a hacerlo, pues el equipo de gobierno alegó que se trata de un espacio privado. Madina señaló además que una representante de la oficina del Síndico les transmitió las quejas por los ruidos de las barracas de varios residentes. El representante vecinal les invitó a que acudan a las reuniones de la asociación y transmitan allí su malestar.
Una vez más, por otro lado, las asociaciones manifestaron al gobierno municipal su queja por la situación del colegio Ignacio Aldecoa, actualmente abandonado y en muy mal estado, y donde al parecer pernoctan varias personas. Por último, el equipo de gobierno gasteiztarra comunicó a los vecinos de Santa Lucía que en breve saldrá a licitación la reforma del skate park del barrio.