Gasteiz - Es la palabra de uno contra la de otro, probablemente hasta que algún paciente se atreva a hablar y ponga luz a la polémica. Ayer, Osakidetza insistió en que es "rotundamente falso" que existan colapsos en el servicio de Urgencias del hospital de HUA-Txagorritxu de Vitoria, como había denunciado el sindicato de Enfermería de Euskadi, Satse. Era la segunda vez que lo hacía porque era también la segunda vez que los representantes de los trabajadores hablaban de saturación, en esta ocasión los días 9 y 10 de este mismo mes. Según Satse, se registraron "más de 250 pacientes" en cada una de esas jornadas y, lo que es peor, que "estuvieron entre siete y nueve horas" en estas dependencias sanitarias hasta ser dados todos ellos de alto.

A través de una nota de prensa, Osakidetza volvió a negar que existan esos "colapsos" y aseguró que las fotografías de pacientes en pasillos que el sindicato ha colgado en las redes sociales "no corresponden a las Urgencias de Txagorritxu". A juicio del Servicio Vasco de Salud, esta denuncia "solo sirve para alimentar la confusión y desprestigiar a los profesionales y a toda la organización sanitaria".

Ya el viernes en el Pleno del Parlamento Vasco, el consejero vasco de Salud, Jon Darpón, rechazó que 128 pacientes de Urgencias de Txagorritxu fueran atendidas en los pasillos el pasado mes de mayo, como denunció anteriormente el sindicato de enfermería, y aseguró que su departamento no está escatimando recursos de personal. La opinión de Satse es justo la contrario. Según el sindicato, durante la primera mitad de este año los profesionales de este servicio se han visto "desbordados" ante el "incesante aumento" de pacientes para los que, según la central, no existen boxes suficientes, por lo que tienen que ser atendidos en los pasillos.

Esta situación, junto a la "habitual escasez de enfermeras" entre las tres de la tarde y las dos de la madrugada, provoca "dificultad para llevar a cabo las técnicas y cuidados de las personas que acuden a Urgencias". Además, según el sindicato, empeora la calidad asistencial y "pone en riesgo" al profesional, que termina "víctima de estrés o de agresiones por parte de los pacientes o sus familiares". Satse responsabilizó a la dirección del centro de las consecuencias que puedan derivarse del modo en las que el personal de enfermería tiene que desarrollar su trabajo y exigió una solución inmediata al problema. - DNA/EFE