Vitoria - Una mano tras otra, grandes y pequeñas, firmaron a lo largo de la mañana una estela funeraria en el Centro de Educación Primaria de Zabalgana. Familias y vecinos quisieron simbolizar con sus huellas "la muerte de la calidad educativa a la que el Gobierno Vasco condenará al barrio" si sigue adelante con sus medidas. Celebración y luto, alegría y reivindicación se entremezclaron en la fiesta de fin de curso del colegio, fruto de la campaña que han puesto en marcha tanto la asociación de padres y madres de esta escuela, como la de Mariturri y de aquéllos que se quedaron sin plaza por la falta de espacios. Los afectados, unidos por una causa común, una educación buena y pública para todos los niños, no piensan detenerse hasta recibir respuesta a las cuatro exigencias que pusieron en marcha su activo movimiento.

Las familias exigen la construcción de nuevos centros educativos, ya que la decisión tomada por el Gobierno Vasco de habilitar nuevas líneas dentro de los dos colegios existentes "no permite cubrir" toda la demanda de plazas, pero lo que sí puede provocar, porque así lo han demostrado los primeros experimentos, es un perjuicio de "la calidad" de los servicios prestados. Por eso, los tres colectivos abogan por la apertura de un instituto para dar salida a los chavales que están a punto de terminar la educación Primaria y por la edificación de la escuela de Mariturri. Precisamente en el solar donde debería de haberse empezado a mover las máquinas se celebró ayer una concentración.

Las voces son cada vez más fuertes e imparables. Este lunes, las familias se reunirán a las 16.30 horas frente a la sede de Educación en la calle San Prudencio. "Mientras tanto, seguimos esperando la reunión con la delegada, que no responde", lamentan.