Hay temas y temas, y el fracking es de los segundos. Como en toda cuestión en la que la salud y el medio ambiente están en juego, el polémico método de extracción de gas que sobrevuela el territorio alavés, entre otros, desde hace años es una de esas cosas en las que no caben medias tintas. El problema es que, muchas veces, la política es precisamente el arte de estar a favor y en contra de algo al mismo tiempo, y los partidos son capaces de todo cuando se lo proponen. En Álava las diatribas dentro y fuera de los grupos protagonizan estos días la actualidad, con el fracking como eje.
El pasado miércoles, el portavoz municipal y alcaldable del PNV, Gorka Urtaran, lanzaba un mensaje a su partido pidiéndole que se posicionara de forma nítida en contra del fracking al considerar esta técnica "incompatible" con la salud y la defensa medioambiental. Ayer, el presidente del ABB y exdiputado general Xabier Agirre le respondía en los micrófonos de Onda Vasca asegurando que el partido jeltzale "sí tiene una posición respecto al fracking", y es que "siempre hemos dicho alto y claro no a la explotación por fracking si lo que se pretende es pasar por encima de criterios de salud y medioambientales". "Un mal día lo puede tener cualquiera", zanjaba Agirre "desde el profundo cariño" al que será candidato a alcalde de Gasteiz en las próximas elecciones municipales.
Por su parte, EH Bildu también salía ayer al paso de las palabras de Urtaran hacia su partido para, en palabras del parlamentario Dani Maeztu, subrayar que "en política es importante cumplir con hechos lo que se dice con palabras", y espetar que "si el PNV quisiera hoy mismo puede acabar con la amenaza del fracking en Euskadi". También el PSE ha visto últimamente cómo este tema les servía para ver venir por el horizonte unos cuantos golpes a izquierda y derecha.
Y es que, teniendo en cuenta que fue durante la etapa de Patxi López en el Gobierno Vasco cuando esta palabra empezó a estar en boca de los alaveses, muchos no pudieron evitar torcer el gesto cuando el pasado día 14 el grupo socialista en el Congreso de los diputados unía sus votos a los de una veintena de formaciones políticas para firmar un pacto en Madrid contra el fracking.
Un acuerdo, apoyado también por cuatro decenas de colectivos sociales, en el que todos los partidos, incluido el PSOE, se comprometen a frenar y prohibir el fracking si llegan a gobernar después de las elecciones generales del próximo año. Exactamente lo contrario que hicieron durante su legislatura al frente del Gobierno de Lakua. Y es que parece que el fracking, al contrario que el anillo único de Sauron, no es un tema para unirlos a todos.