el camino hacia la plena recuperación de la memoria histórica en Gasteiz todavía es largo, pese a recientes hitos como la instalación de un nuevo recuerdo permanente de las víctimas del 3 de marzo en Zaramaga o del mural que evoca los trágicos sucesos de 1976. La Plataforma vasca contra los Crímenes del Franquismo, consciente de ello, ha decidido dar un gran paso adelante en esa dirección, paralelo al impulso de la denominada querella argentina contra la represión y los crímenes de la dictadura junto con numerosos colectivos a nivel estatal. Buscando "un punto de inflexión" en la lucha contra el olvido y la impunidad en la capital alavesa e incidiendo en algunos de los episodios más negros de la historia reciente.
La iniciativa Memoria-Gasteiz, que a través de estas líneas adelanta hoy DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, pretende ser el vehículo de la plataforma para lograrlo. Un plan que, a grandes rasgos, busca señalizar varios lugares de la memoria en distintos puntos de la ciudad, modificar, señalizar o retirar la simbología franquista aún existente en sus calles y eliminar los nombres de las vías y los cargos honoríficos que en su día se otorgaron a una decena de nombres propios de la dictadura.
Lander García, coordinador de este proyecto, se muestra esperanzado ante la "muy buena acogida" que Memoria-Gasteiz ha tenido hasta el momento entre los tres grupos de la oposición en el Consistorio vitoriano, PNV, PSE y EH Bildu, que suman 18 de los 27 concejales. No ha sucedido lo mismo con el PP, que ha recibido la iniciativa "con frialdad" aunque se haya comprometido a estudiarla, según la plataforma.
Esta primera toma de contacto con la representación política municipal se ha desarrollado durante la primera quincena de mayo, en sendas reuniones bilaterales donde la plataforma ha presentado su propuesta. Un primer paso al que seguirá un encuentro conjunto, previsto para la primera semana de junio, y en el que el colectivo pretende dar forma a una moción "con el mayor consenso posible" de cara a su aprobación en el Pleno municipal de ese mismo mes. La moción serviría ya como punto de partida definitivo a este proyecto. En su borrador, llama a crear un grupo de trabajo compuesto por concejales, historiadores o agentes sociales para desarrollar y ejecutar un plan amplio de recuperación de la memoria histórica en la ciudad que tomaría como base las recomendaciones recogidas en Memoria-Gasteiz.
El documento elaborado por la plataforma se ha gestado tras varios meses de trabajo interno hasta quedar definitivamente cerrado en abril. En primera instancia, plantea tres espacios de homenaje a las víctimas del franquismo, el muro trasero del cementerio de Santa Isabel, la antigua ubicación de la cárcel de la calle La Paz y la plaza del Convento de los Carmelitas. La señalización de estas nuevas ubicaciones, precisamente, está inspirada en la instalación del recuerdo permanente de las víctimas del 3 de marzo en Zaramaga con el apoyo de todos los grupos municipales y que cumple con una importante doble función: recordar a las víctimas de la brutal actuación policial y dar a conocer también "de manera fehaciente" el contexto y los hechos de 1976.
Mandato incumplido La instalación de un recuerdo permanente en Santa Isabel , donde fueron fusiladas decenas de personas por las fuerzas franquistas, además viene de atrás. El Ayuntamiento de Gasteiz, en concreto, aprobó en el Pleno del 30 de diciembre de 2010 una moción, a propuesta del entonces concejal de EA Antxon Belakortu, para "señalizar y dignificar" el muro trasero del cementerio, un mandato que sigue sin cumplirse pese a tener el aval de todos los grupos municipales. Figuras tan significativas como Estepan Urkiaga Lauaxeta, militante del PNV, periodista y poeta euskaldun, Alfredo Espinosa, consejero de Sanidad del primer Gobierno Vasco, José Placer, militante de ANV, varios mandos del Ejército de Euzkadi como el coronel Arturo Llarch o el capitán de artillería José Aguirre fueron fusiladas allí.
El 25 de junio de 2005 fue colocada en el lugar una placa en homenaje a Lauaxeta, una iniciativa impulsada por los ayuntamientos de Mungia y Laukiz (Bizkaia) con motivo del centenario de su nacimiento, pero desde hace tiempo se encuentra totalmente deteriorada y, además, honra en exclusiva a esta víctima del franquismo. Lander García, que marca esta actuación como "prioritaria" porque, además, "se puede hacer ya", propone una señalización completa que incluya la explicación contextualizada de los hechos acaecidos en aquel tétrico paredón y un homenaje a las víctimas identificadas.
El segundo lugar de la memoria que esta iniciativa pretende dignificar en Gasteiz es la antigua prisión provincial de Araba, que estuvo ubicada en la calle La Paz hasta el año 1973, donde actualmente se levanta El Corte Inglés. Cientos de presos políticos de la dictadura fueron encerrados en esta cárcel, donde se vio con vida por última vez a muchos de ellos. Entre otros, Teodoro González de Zárate, último alcalde republicano de Gasteiz, Teodoro Olarte, presidente de Comisión Gestora de Álava, o Isaac Puente, médico anarquista y militante de la CNT que todavía hoy permanece desaparecido. La señalización de este lugar tomaría como referencia la matanza de Azazeta de 1937, donde fueron asesinados 16 reclusos sacados de esta prisión, entre los que se encontraba el propio González de Zárate.
El tercer lugar de la memoria propuesto por la plataforma es el convento de los Padres Carmelitas Descalzos de la calle Manuel Iradier, que durante la dictadura fue empleado como prisión provisional en la que, entre otros, fueron apresados Lauaxeta y José Placer a la espera de ser juzgados, condenados a la pena de muerte y fusilados en Santa Isabel. La iniciativa sugiere, en primer lugar, recuperar el monumento a Lauaxeta que durante unos años ocupó la plaza Euskaltzaindia hasta el inicio de las obras del fallido BAI Center y que ahora se encuentra olvidado en un almacén. A la colocación de esta escultura junto a la iglesia del Carmen, una propuesta realizada en diciembre de 2012 por el grupo municipal del PNV, se uniría también la correspondiente señalización de la zona y la oportuna información sobre el resto de personas que fueron encerradas en este lugar.
Memoria-Gasteiz se detiene también en la Catedral Nueva y en la Cruz de Olárizu, dos monumentos inaugurados en pleno franquismo y cuya señalización pretende mejorar. La Catedral, inaugurada por el mismo Franco en 1969, mantiene un gran escudo de la dictadura en su interior y algunos elementos que representan la relación directa entre la jerarquía de la Iglesia católica con el franquismo, como pueden ser algunas gárgolas.
Las asociaciones de víctimas del franquismo han impulsado varias iniciativas para que se actúe sobre la exaltación de la dictadura dentro de la Catedral, pero los responsables eclesiásticos no han realizado ninguna modificación al respecto y las instituciones tampoco han resuelto el problema, en gran medida debido a la indefinición de la legislación vigente. Al igual que en los lugares de la memoria, el trabajo propone una señalización exterior que explique la historia de la Catedral, incluida su inauguración, para que se contextualice adecuadamente la existencia de la simbología franquista con la relación directa que mantuvieron la Iglesia y la dictadura.
Una labor similar a la que la plataforma pide para la Cruz de Olárizu, colocada en 1951 por la Santa Misión de Vitoria y en cuya base se esculpió un texto, ahora muy deteriorado, con los nombres de los religiosos alaveses que murieron en el frente de guerra alistados en el bando golpista o que fueron fusilados en la retaguardia republicana en los primeros meses de la contienda. La plataforma propone señalizar la cruz con su historia completa, el motivo de estas inscripciones, el contexto en el que fue colocada y el papel tanto de la jerarquía eclesiástica como del nacional-catolicismo en el golpe de Estado de 1936.
Simbología, calles y cargos Los dos últimos objetivos de la iniciativa Memoria-Gasteiz buscan, directamente, eliminar diversa simbología franquista todavía existente en la ciudad y suprimir los cargos honoríficos y modificar las calles vinculadas con la dictadura. La plataforma exige "la retirada inmediata, sin más consideraciones técnicas al respecto", del escudo franquista ubicado en la fachada del antiguo Palacio de Justicia de la calle Olaguíbel, en cumplimiento de la Ley 52/2007 de Memoria Histórica. Además, exige lo propio con las placas del Instituto Nacional de la Vivienda que fueron de obligada colocación durante la dictadura como elemento de propaganda del régimen en las comunidades de protección oficial de la capital alavesa.
Por último, Memoria-Gasteiz propone retirar las condecoraciones municipales otorgadas a los políticos, militares y obispos señalados por su connivencia o apoyo directo a la dictadura, nombres como los de José María Díaz de Mendibil, presidente de la Diputación entre 1938 y 1943 y medalla de oro de Gasteiz en 1949, Luis Ibarra Landete, alcalde franquista de 1957 a 1966 y también medalla de oro, o a los obispos de Vitoria durante la dictadura, Carmelo Ballester, José María Bueno Monreal y Francisco Peralta. Además, pide la retirada y sustitución por la denominación anterior al nombramiento o el que se acuerde entre los grupos municipales de las calles Pintor Vicente Abreu, José Lejarreta, Pedro Orbea, Obispo Ballester y Bueno Monreal. "Ningún cargo político o eclesiástico de la dictadura debería tener un homenaje", zanja Lander García.