La honestidad brutal, cuando se acompaña de la razón, es irrefutable. Y ahora Esther Sáez de Argandoña lo sabe. La dueña de Cosquillearte, un local situado en Luis Heintz, dijo basta cuando recibió una multa de 200 euros por haber dejado su coche junto a la tienda cinco minutos para meter algo de género, cuando no tenía zona habilitada para esa labor. Eran ya demasiadas trabas. La gota definitiva. Así que alzó la voz en los medios de comunicación, harta de "la falta de apoyo municipal" al gremio, y logró reunir a un nutrido grupo de comerciantes procedente de distintas zonas de la ciudad dispuesto a plantar cara al equipo de gobierno para reivindicar mejoras. La unión hizo la fuerza y el primer éxito ya ha llegado. El gabinete de Javier Maroto anunció ayer que se habilitará un área de carga y descarga para quienes trabajan en la zona de Esther , entre el hotel Ciudad de Vitoria y su calle. "Seguramente en el número 1 de Castilla", especificó la pequeña empresaria.
Esther conoció la noticia después de que el PNV hubiera pedido en la Comisión de Urbanismo la creación de la zona de reparto, haciéndose eco de las quejas del gremio, y el PP revelara que lo iba a hacer. No obstante, la medida forma parte de una lista más amplia que los comerciantes no olvidan. Una de esas peticiones contempla la creación de credenciales para autónomos que trabajan con su vehículo particular, "como las que existían en la época de Cuerda". La trabajadora confía en que lleguen. Este primer gesto le ha demostrado que "si salimos de detrás del mostrador y nos hacemos oír con coherencia, no les queda otra que darnos soluciones".