vitoria - Dos grupos de adolescentes se disponen en círculo. Dentro, una chica se prepara para la pelea. Con un gesto arengador, reta a otra. La aludida irrumpe en el plano y se abalanza sobre su contrincante. La tira al suelo. Le arranca el jersey. Golpea su cabeza con los puños. La agarra del pelo. Vuelve a golpear su cabeza. Ahora, contra el cemento. Una, dos, tres... Hasta nueve veces. La joven abatida trata de zafarse. Grita. Pero no tiene escapatoria. Ha sido anulada. Ha perdido. Ella lo sabe. Todos lo saben. Los espectadores, testigos y árbitros, separan a las adversarias. La batalla ha terminado. El vídeo se interrumpe. Sucedió hace dos semanas. Aquí en Vitoria, en el aparcamiento de la calle Ramón Rubial, junto al frontón. Y no ha sido la única. Hay testimonios gráficos de otra contienda en Santa Lucía, disputas programadas por sus organizadores, marcadas por leyes no escritas que solamente ellos conocen. Ya están corriendo por whatsapp. Así es como se emponderan los vencedores y los perdedores buscan la revancha.
Fuentes consultadas por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, próximas a los hechos, desvelan qué hay detrás. "Son adolescentes de entre 14 y 17 años. Los chicos son latinos, pero entre ellas hay muchas chicas vitorianas. No son bandas como tal, tipo Latin Kings, pero copian sus patrones. Se organizan por zonas", explican. Por ahora, estas personas saben de la existencia de cuatro grupos distribuidos por Lakua, Sansomendi, Arriaga y Zabalgana, barrios conectados entre sí por el entramado urbano donde a veces es difícil distinguir la muga. Su causa es la territorialidad. Luchan por marcar fronteras, para definir su espacio. A veces también se enfrentan para dirimir conflictos personales. Nunca son peleas espontáneas y se suele buscar la igualdad de fuerzas, el uno contra uno. "Un grupo acude a la salida de un colegio y le avisa a un chico del otro grupo que mañana quedarán a tal hora en tal sitio", ejemplifican quienes han sabido de sus disputas.
Los chicos graban las peleas y las pasan por whatsapp. Saber que puede verlas mucha gente les envalentona. Es su manera de demostrar que son fuertes. "Pero no hay ninguna colgada en Youtube", matizan. Puede que sea cuestión de días. La viralidad de este portal virtual es muy jugosa. O tal vez prefieran seguir así, para evitar que la Policía interfiera. La estructura de las bandas se ha ido consolidando desde hace tiempo. Ya tienen nombre. "Sabemos que una se hace llamar Los lobos y otra Combo Lakua", revelan, con cierto recelo, las personas consultadas por DNA. No quieren darles publicidad. Por desgracia, el problema ya ha salido a la luz. Y es importante. Hay bandas que incluso "están haciendo cantera". Los alevines tienen entre diez y doce años, no participan como tal de las andanzas de los mayores, pero son aleccionados. Representan el futuro, la garantía de un incremento de la fuerza actual o de relevos en caso de bajas. Además, detrás de cada enfrentamiento, suele haber una preparación previa. "En el caso de Zabalgana es seguro que la banda queda mucho para entrenarse", sostienen las mismas fuentes.
Las peleas son una pieza relevante en la forma de vida de estos adolescentes. Por eso, intentan evitar que las quedadas se filtren. Hay que garantizar que habrá disputa, que nadie del exterior la anulará. El viernes de la semana pasada, no les salió bien la jugada. Se habían citado varios grupos para una contienda multitudinaria, poco habitual, en el parking de caravanas de Lakua, junto a los centros regionales, "y se enteró todo el mundo". Aparecieron patrullas secretas de la Policía Local y de la Ertzaintza. Los agentes pararon la guerrilla nada más iniciarse, identificaron a seis chavales y en las inmediaciones encontraron un bate de madera, que podría pertenecer a alguno de los adolescentes. Lo raro es que hasta ese momento no habían tenido noticias de luchas entre bandas ni tampoco después de aquello. La Policía autonómica se enteró de la existencia de los vídeos ayer, por este periódico.
actitudes violentas "No tenemos constancia de otras quedadas y tampoco hemos recibido denuncias", reconocen desde la Ertzaintza. La realidad, sin embargo, es evidente. Las bandas existen y, aunque no involucran a terceros, están generando un problema social. A quienes conocen y han denunciado la situación, les preocupa especialmente la participación de niñas de origen vitoriano en esos círculos. Según cuentan, son estructuras machistas donde ellas están obligadas "a pasar por el aro" para que ellos las acepten dentro de la banda. Además, y así se demuestra en los vídeos, son frecuentes las peleas entre chicas. Una rivalidad marcada por estereotipos sexuales que deberían de haber sido superados, pero que todavía siguen vigentes. Se empujan, se arañan, se arrancan cabellos, se dan puñetazos, mientras sus hombres las miran, con una violencia inusitada, absurda, escandalizadora, imposible de entender.
Cuatro bandas. DNA ha tenido constancia de la existencia de cuatro bandas callejeras, distribuidas por Arriaga, Lakua, Sansomendi y Zabalgana. Están compuestas por adolescentes latinos de entre 14 y 17 años, aunque entre ellas hay muchas niñas de origen vitoriano.
Un objetivo. Los grupos están organizados por zonas y sus disputas son territoriales, para definir fronteras y delimitar su espacio, al estilo de las bandas que existen en Estados Unidos o Sudamérica. Imitan sus patrones.
Un 'modus operandi'. Las peleas no son espontáneas y se trata de buscar la igualdad de fuerzas. Los jóvenes se retan entre sí, fijando día y hora. Reglas que siempre respetan.
Grabaciones. Los jóvenes graban las peleas y las envían por 'whatsapp' para mostrar su fuerza. Todavía no hay vídeos colgados en 'Youtube'.
Una cantera. Algunos de los grupos, si no todos, cuentan ya con jóvenes promesas, niños de entre 10 y 12 años, que no toman parte en las andanzas de la banda pero que son aleccionados para su futura incorporación.
Seis identificados. Hace una semana las bandas quedaron para un pelea multitudinaria y el encuentro se filtró. Policía Local y la Ertzaintza impidieron la contienda e identificaron a seis adolescentes. Sin embargo, desde la Policía autonómica reconocieron ayer que desconocían la existencia de las otras agresiones. Ahora, van a iniciar una investigación.
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A la redacción de DNA han llegado tres grabaciones de dos peleas. Una de ellas tiene lugar en Lakua-Sansomendi y la otra en Santa Lucía. Ambas son entre dos personas y están protagonizadas por chicas. Hay puñetazos, empujones, golpes contra el suelo... El público separa a las contrincantes cuando hay una ganadora clara.