gasteiz - La aversión que muchas personas sienten hacia los perros ha llevado a algún o algunos desaprensivos a dar un salto cualitativo en su fobia, constitutivo además de delito. Los pasados jueves y viernes vecinos de Zabalgana se encontraron con que alguien había depositado veneno en el entorno de la plaza porticada del barrio, junto al parque de Salinillas de Buradón, que la Policía Local retiró en cuanto tuvo conocimiento de su presencia para evitar intoxicaciones, tanto de animales domésticos como de alguno de los centenares de niños que pueblan el barrio más joven de Vitoria y que podrían ingerirlo por accidente.

En las calles de Zabalgana se ha instalado un agrio debate en torno a los canes, pues muchos vecinos no respetan la nueva ordenanza de animales y llevan a sus perros sueltos por los parques de la zona, lo que genera molestias a quienes se sienten incómodos con su presencia o tienen niños pequeños que pueden ser derribados o incluso atacados por algún animal.

La cuestión, hasta la fecha, no había pasado de las quejas y reproches, tanto al Ayuntamiento como a los propios propietarios de perros que pasean sueltos por el barrio, pero la aparición del veneno ha convertido la polémica en un problema de orden público.

En un barrio con amplias zonas verdes y grandes espacios, son muchos los vecinos que conviven con mascotas, y no todos respetan la nueva normativa sobre tenencia de animales. Según el artículo 22 de la ordenanza, los perros deben ir atados con cadena y correa o collar, tanto en la calle como en los parques, y deberán llevar bozal "cuando las circunstancias sanitarias así lo aconsejen y mientras duren estas". Además, deberán llevar este dispositivo de seguridad "los perros con antecedentes de mordedores, y aquellos otros cuya peligrosidad, a juicio de su propietario, sea razonablemente previsible". Por su parte, el artículo 23 establece que los dueños de los canes deben recoger las deyecciones de sus mascotas. Según denuncian muchos residentes de Zabalgana (algunos de ellos propietarios también de perros), estas normas son vulneradas a diario en el barrio debido a la escasa vigilancia policial.

Sin embargo, quienes han depositado el veneno también se saltan la ordenanza, y con el riesgo además de cometer infracciones graves. Según el artículo 9, queda prohibido "causar daños o cometer actos de crueldad y malos tratos a los animales, propios o ajenos", y el régimen sancionador tacha de infracción muy grave "causar la muerte a los animales mediante actos de agresión o suministro de sustancias tóxicas", una circunstancia que afortunadamente no se ha producido. Tampoco ha habido que lamentar daños personales.

a la espera del decreto La portavoz de Zabalgana Batuz, Leila Martín, explicó ayer a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA que aunque la presencia de estos tóxicos en la calle no ha llegado a la asociación vecinal en forma de denuncia, sí que ella misma ha confirmado entre sus vecinos que el veneno ha aparecido "durante varios días" y que la Policía Local lo ha retirado, al menos el que ha sido localizado.

Los propietarios de canes de la ciudad están a la espera de que el alcalde, Javier Maroto, publique el decreto en el que se establece en qué lugares y horarios los perros pueden ir sueltos para poder disfrutar del esparcimiento que la propia ordenanza les garantiza.