Gasteiz - Los tres adolescentes identificados como los presuntos autores del lanzamiento de una botella con sosa cáustica a dos compañeras de colegio en los soportales de Renfe han reconocido ante la Ertzaintza que sólo querían "hacer la gracia". Para desgracia de las víctimas de su fatal broma, una de las niñas acabó con lesiones muy graves. Según ha podido saber DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, ayer, seis días después del incidente, transcurridos entre curas y calmantes, la chica entró en el quirófano del Hospital de Cruces para someterse a un proceso de injertos. La estudiante, de quince años como sus agresores, sufre quemaduras de cuarto grado en el muslo izquierdo y de tercero en la mano izquierda. La misma con la que apartó el artefacto cuando vio que volaba hacia ella, directamente a la cara. "Podrían haberla deformado", alertan personas próximas a la víctima.

Fuentes cercanas a la investigación afirman que los chavales, según su propia versión ofrecida a la Ertzaintza, sólo pretendían llamar la atención de las niñas y no midieron las consecuencias de los hechos. Sin embargo, la investigación hasta ahora realizada indica que los adolescentes estarían también relacionados con la otra botella de líquido corrosivo que estalló el sábado, pocas horas antes, en la plaza Santa Bárbara, causando heridas leves a una abuela y su nieto de sólo cinco años después de que éste le diera una patada. Al parecer, la intención de los chavales era conocer el alcance de los artefactos caseros que habían fabricado y que posteriormente utilizarían contra sus dos compañeras de colegio.

Según fuentes policiales consultadas por este diario, al menos uno de los autores de la gamberrada también habría sufrido quemaduras en el transcurso del lanzamiento del artefacto. Los mismos portavoces añaden que los presuntos autores entraron en pánico tras comprobar cómo su idea se les fue de las manos por completo.

"Les lanzaron la botella porque eran niñas y guapas", sostienen personas cercanas a los hechos. Por desgracia, la idea de los adolescentes acarreó terribles consecuencias. El artefacto fue lanzado directamente a la cara de una de las chicas, quien reaccionó con rapidez apartándolo con la mano. Entonces la bomba casera estalló, causándole las lesiones. Inicialmente acudió a Urgencias del Hospital Santiago, pero ante la gravedad de las heridas fue trasladada a Cruces, único hospital de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) con Unidad de Grandes Quemados. Allí ingresó el sábado y, tras un primer proceso de curas, ayer fue operada y trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde permanecerá durante unos cuatro o cinco días, hasta su perfecta estabilización.

La adolescente presenta en el muslo izquierdo una quemadura de cuarto grado de treinta centímetros, la que más preocupa a los médicos. En esa escala, los daños afectan a músculos y huesos. La de la mano, donde el dedo gordo está especialmente comprometido, es de tercer grado, un nivel en el que las erosiones penetran por todo el espesor de la piel, incluyendo terminaciones nerviosas y vasos, destruyendo los folículos pilosebáceos y las glándulas sudoríparas. Por eso, los próximos días serán vitales para la evolución de la víctima. Según personas próximas a ella, la joven está ofreciendo una lección de valentía pese al dolor físico y psicólogico de la agresión. De todos los líquidos corrosivos posibles, la mezcla de sosa cáustica con aluminio y agua "es la peor", admiten desde el propio centro hospitalario.

La Ertzaintza, mientras tanto, mantiene abierta la investigación, en un proceso que proseguirá, de acuerdo a los trámites habituales, en la Fiscalía de Menores de Vitoria. La labor que se desarrollará desde el ámbito judicial irá encaminada a dirimir la responsabilidad de los autores identificados y, de existir indicios de la comisión de una falta o un delito, continuar con las diligencias oportunas.

Sea como fuere, según fuentes policiales, el primer estallido se produjo el sábado por la tarde en la plaza de Santa Bárbara. Una abuela y su nieto resultaron heridos después de que el pequeño, de cinco años, diera una patada a una botella dejada en la zona. A las 19.45 horas, la Ertzaintza recibía el aviso desde el Hospital Santiago. Poco después, a las 21.15, llegaría el siguiente. Esta vez, dos chicas estaban en la calle José Erbina cuando se les acercaron tres estudiantes de su mismo colegio con una botella y se la lanzaron, estallando contra una de ellas al intentar apartarla. La Policía autonómica sigue hablando de "líquido corrosivo", pero personas cercanas a las víctimas han confirmado la combinación fatal. En Internet son numerosos los vídeos que explican cómo fabricar este tipo de bomba casera, popular en la Red. No en vano, con las nuevas tecnologías, los bulos corren como la pólvora. El de la bomba con sosa cáustica, agua y aluminio disfrazada de botella y abandonada en la calle a la espera de que alguien la coja para que explote ha estado alimentando las redes sociales un buen tiempo. Hasta que, por desgracia, se ha hecho realidad, con Vitoria como escenario.

Ejemplos en la red Es muy probable que los chavales, de ser ellos los causantes de la gamberrada, recurrieran a Internet para fabricar sus bombas caseras. Hay números vídeos on line que muestran cómo realizar estos artefactos y la explosión que producen. En realidad, se trata de un experimento químico de lo más sencillo al alcance de cualquiera. La sosa cáustica, al mezclarse con metales como el aluminio, produce gas hidrógeno. Y éste, en reacción con el vapor de agua que se va produciendo a su vez, hace que aumente la presión en el interior del recipiente, de forma que cualquier movimiento hará que reviente. Si el continente escogido no es demasiado grande -por ejemplo, una botella, como al parecer ha sucedido en los dos casos de la capital alavesa-, lo más habitual es que quien esté cerca sufra moratones e inclusive quemaduras de segundo grado si estalla a su lado.

Los hechos. La Ertzaintza tuvo constancia de los efectos de dos artefactos explosivos el pasado fin de semana en la calle José Erbina y en la plaza Santa Bárbara. Enseguida inició la investigación e identificó a los presuntos autores de los hechos, al parecer, tres chavales de unos 15 años. En principio, se trataría de una gamberrada que se les fue de las manos.

Consecuencias. Aparte del posible recorrido judicial, el lanzamiento de los artefactos ha provocado lesiones graves a una menor.