Han pasado quince años desde que dejó la alcaldía. ¿Es ésta la Vitoria que esperaba encontrar en 2014?
Bueno, todos tenemos un concepto de nuestra ciudad y de cómo nos gustaría que fuera, y la Vitoria actual sólo responde en parte a esa idea. Si tuviera que dirigir ahora la ciudad probablemente hay cosas que no se harían de las que se están haciendo y otras que se harían y no se están haciendo. El actual alcalde está tomando decisiones según su criterio y su sensibilidad, pero otros tenemos otra forma de ver Vitoria. Ni mejor ni peor, distinta.
Concrete un poco. ¿Qué cosas no haría y cuáles sí de ser alcalde?
Podría hacerlo, pero no quiero que esto suponga algo ofensivo para nadie. Por ejemplo, para mí el fin fundamental de una ciudad es el bienestar individual, y creo que en este momento el sistema de servicios sociales no puede ser el mismo que existía hace 30 años. En Vitoria el sistema de servicios sociales necesita una puesta al día.
¿Cómo puede hacerse?
Yo en algún momento he propugnado, aunque afortunadamente para este país nadie me ha hecho ningún caso, la necesidad de que Ayuntamiento y Diputación unan sus competencias en materia de servicios sociales. Hacer eso hoy sería verdaderamente interesante.
Gasteiz ha crecido estos años a lo ancho y a lo largo. ¿Le gusta la política urbanística que han acometido sus sucesores en el cargo?
Eso es un tema que me preocupa especialmente. Los que nos gobiernan deberían pensar en qué ciudad están haciendo. Adaptando una frase de un arquitecto, diría que en Vitoria estamos construyendo la anticiudad. Hay zonas de extensión que son innecesarias en su creación y que responden a otros objetivos y otros planteamientos, pero lo que obtienes así no es una ciudad.
Muchas viviendas vacías y poca gente con capacidad de pagarlas.
Sus responsables tuvieron la ilusión de creer que dentro de unos años Vitoria iba a tener 500.000 habitantes, pero se equivocaron y se han encontrado con una realidad que no es ésa. Arkaiate, Aretxabaleta, Borinbizkarra... no me gustan. Se les han ido de las manos. Son edificaciones semivacías, que no responden al concepto de una ciudad sostenible, policéntrica, compacta y diversa. En Vitoria hay cosas que van por un lado mientras la ciudad va por otro, como la Universidad.
¿Qué ocurre con la Universidad?
Vitoria vive a espaldas de su Universidad, sin ninguna influencia de ella o sobre ella. Es como un compartimento estanco, aunque esté pegada al centro de Vitoria. Son miles de estudiantes de gran nivel educativo pero si un día desaparece nadie lo iba a notar, salvo las líneas de buses, los bares y alguna vivienda alquilada, poco más. Me gustaría la Universidad tuviera una incidencia mucho mayor en la ciudad.
¿Es que no se ha hecho nada bien en Vitoria?
Claro que sí, en Vitoria hay cosas que se han hecho perfectas. Las cosas buenas de esta ciudad se deben más a los técnicos que a los políticos. Todo ese paseo desde la Plaza de la Virgen Blanca hasta Armentia, La Florida, que haya parques que no consistan en jardincitos de tres macetas sino en algo que merezca la pena en sitios como San Martín o Arana.
Usted fue uno de los pioneros en hablar de una ciudad "sostenible".
Me tocó inventarme eso de la ciudad sostenible, porque cuando se empezó a hablar de eso aquí nadie tenía ni idea de qué era. Me invitaron a un congreso nacional de medio ambiente y yo tenia que hablar de qué era la ciudad sostenible, así que tuve que echar mano de los libros.
Como alcalde fue pionero en muchas cuestiones y siempre se ha sentido orgulloso de ideas como los centros cívicos.
El otro día estuve en la Alhóndiga de Bilbao. Suelo decir sin mala intención que en Bilbao no hay centros cívicos, pero hay uno como la Alhóndiga que un centro cívico a lo bilbaíno. Los centros cívicos es algo que creamos nosotros y que fue tomado como modelo, pero hoy en día, probablemente porque no es lo mismo crearlos que encontrártelos ya hechos, están necesitados de un fuerte empuje. Ya sé que estamos en tiempos de crisis, pero más que infrautilizados, están inutilizados.
No son tampoco las únicas infraestructuras inutilizadas de la ciudad.
El problema es que en Vitoria el emplazamiento de determinadas infraestructuras no es el adecuado. Mira lo que ha pasado con Krea en Betoño, cerrado a cal y canto sin ni siquiera haber llegado a abrir. O el propio Buesa Arena, situado en el extrarradio. Estas cosas son las que nos están llevando como decía antes a la anticiudad.
Ahí está también el Iradier Arena.
Hacer una plaza de toros en el Iradier Arena es algo que no entendí nunca. Igual pensaron que en Vitoria iba a crecer la afición taurina. Además, una vez hecho, ni siquiera puede funcionar como multiusos. Se perdió la oportunidad de hacer ahí un auditorio, por ejemplo
El último intento de crear un gran auditorio no acabó bien. Acabó en una estación de autobuses, de hecho.
Sigo echando de menos una infraestructura cultural para Vitoria. Algo como el Kursaal, el Euskalduna o el Baluarte de Pamplona. Yo lo intenté, pero sin éxito. Quisimos comprar lo que luego fueron los cines Guridi para hacer el auténtico auditorio de futuro de Vitoria, pero no lo conseguimos.
Ni en los Guridi ni en ningún lado.
Alfonso Alonso intentó hacer el auditorio en el Paseo de la Música pero no tuvo el apoyo de la corporación, y después Patxi Lazcoz quiso hacer lo mismo con el BAIC pero se le fue de las manos. A lo mejor si hubiera sido un poco más modesto, abarcando menos.
¿Le gusta el emplazamiento de la estación de autobuses?
Bueno, el alcalde optó por poner ahí la estación de autobuses y espero que acierte, pero con su decisión nos hemos quedado sin auditorio.
¿Ve algo de luz al final de este túnel que es la crisis económica?
Suele decirse que la crisis es una oportunidad, pero esto es una crisis de una magnitud brutal, multidimensional, y eso está afectando mucho a muchos ciudadanos. A unos la crisis les conduce hacia la pobreza porque son víctimas de las consecuencias económicas, pero a otros los lleva por otros derroteros. Yo tengo confianza en salir adelante, no sé cuando, pero la estrategia clave para esto será la educación. La educación a lo largo de toda la vida es la auténtica potenciadora de los recursos humanos.