vitoria. Primero fue la asociación Gasteizko Bizikleteroak quien el lunes dijo no a la decisión del PP de prohibir el paso de las bicis por el centro peatonal de Vitoria, de 11.00 a 13.00, y de 17.30 a 21.00 en invierno y 22.00 horas en verano. Después, ciclistas que, a título particular, iniciaron el miércoles una recogida de firmas en las redes sociales para frenar la normativa. Y a continuación, los partidos de la oposición que, a pesar de respaldar la ordenanza de la bicicleta, ya en vigor, quienes ayer veían demasiado restrictivo el horario establecido. En cuatro días, a Javier Maroto se le ha escapado de las manos el anunciado consenso con el que se comprometió a sacar adelante este asunto. Aun así, el alcalde va a firmar el polémico decreto, que hoy mismo entrará en vigor, salvo marcha atrás de última hora.

No obstante, el Ayuntamiento sólo recibió hasta ayer nueve aportaciones ciudadanas. Casi todas contrarias a la ordenanza, por considerarla "inoportuna", pero ninguna haciendo referencia al decreto, esto es, ciñéndose a las calles y horarios a los que hace referencia este anexo de la ordenanza, que era lo que el PP planteó en el Foro de Movilidad del lunes. Algunas, además, son casos particulares.

Gasteiz se ha puesto a la cabeza del pelotón de las bicicletas. En los últimos años su uso se ha multiplicado por siete y los vitorianos han adoptado este vehículo de dos ruedas como un medio de transporte más. Un cambio de hábitos no exento de polémicas, ya que la continua presencia de ciclistas en las aceras y zonas peatonales hace vulnerables a muchos peatones. Para atajar este conflicto, el Ayuntamiento decidió meter mano y regular el uso de la bici, que ahora debe circular por la calzada y los bidegorris. Ahora, ha decidido dar un paso más, y emulando a otras ciudades europeas, restringir el paso de las bicis por áreas peatonales cuando más viandantes haya, para evitar atropellos.

Las primeras voces críticas no han tardado en oírse alto y claro. El colectivo Gasteizko Bizikleteroak emplaza al alcalde a no implantar la prohibición sin antes poner en marcha más viales alternativos -como General Álava- para que los bicicleteros puedan cruzar por el centro. Las redes sociales Twitter y Facebook también echan humo esta semana y en la plataforma Change.org ya se han recogido más de dos mil firmas en contra del decreto de las bicis; quejas que también han llegado al registro municipal del Ayuntamiento. Ante este aluvión, el propio Maroto colgó ayer una carta dirigida a los ciclistas en la que defiende la necesidad de aplicar un horario para que peatones y ciclistas convivan pacíficamente, pero también reconoce que su gobierno tiene que hacer un mayor esfuerzo por explicar a los ciudadanos las nuevas leyes, una campaña informativa que pronto se pondrá en marcha.

Además, en declaraciones a DNA, el alcalde insistió en la necesidad de cambiar el actual modo de convivencia entre conductores, ciclistas y peatones. "Yo no creo en las imposiciones (...), pero no vale seguir cada cual como le da la gana", señaló. "Tampoco peatones y conductores, no sólo los ciclistas", añadió. De lo que se trata -dice- es de hacer entender a todo el mundo que hay alternativas para cruzar el centro de este a oeste y de norte a sur a cualquier hora del día. "Existen ahora". Maroto confía, por tanto, en que los gasteiztarras asimilen con el tiempo las restricciones a las bicis como ya han hecho en otras ocasiones, y recuerda el alcalde el debate abierto en la ciudad hace unos años a favor y en contra del tranvía.

Otro de los puntos calientes de la ordenanza de bicis es el apartado sancionador y, aunque el gobierno ha dicho que al principio la Policía Local hará la vista gorda y no pondrá multas a quienes violen la ordenanza, los bicicleteros saben que llegará el momento de las denuncias.