gasteiz. El verso suelto del PP en Vitoria se escucha cada vez que las circunstancias lo permiten. Y, ahora, en medio del plan gestado por los populares para reflotar la central nuclear de Santa María de Garoña, la lírica contra la instalación atómica burgalesa en boca del alcalde, Javier Maroto, deja su impronta con rimas que nada tienen que ver con las estrofas conservadoras. Ayer, sin ir más lejos, se volvió a escribir otro capítulo en el que el primer edil gasteiztarra volvió a reiterar su rechazo absoluto ante el eventual reenganche de la instalación energética en contra de los dictados e intereses de la formación en la que milita que, si por algo destaca, es por hacer todo lo posible -incluida una legislación ad hoc si fuera menester- por allanar el camino del regreso a la actividad de la central nuclear más antigua del Estado.
En concreto, el alcalde de Vitoria volvió a solicitar a su correligionario y ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que no permita la reapertura de la central y que se proceda a su cierre definitivo. El dirigente conservador gasteiztarra se armó de paciencia para comparecer a primerísima hora de la mañana en la comisión municipal de Medio Ambiente para hablar de la central burgalesa en un foro que no es competente legislativamente para incidir, directa o indirectamente, en el pasado, presente o hipotético futuro de la instalación enclavada en el Valle de Tobalina. En su aparición, Maroto desveló que la semana pasada mantuvo una conversación con el ministro a quien le pidió el cierre de la instalación, "aún sabiendo que no es la posición" de su partido.
Esta intervención, según señala la Agencia Efe, se produjo un día después de que el PP rechazara la comparecencia en el Congreso del ministro de Industria que habían solicitado varios grupos parlamentarios para que explicase las intenciones del Gobierno sobre la posible reapertura de la central.
Maroto recordó que siempre ha mantenido la misma opinión sobre esta cuestión de "máxima preocupación" para la ciudad, cuando era alcalde con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno y ahora con Mariano Rajoy al frente del Ejecutivo español. "Por coherencia seguí diciendo lo mismo y hoy lo repito: Garoña debe cerrarse y de forma definitiva. También recordó que en el mes de junio del año pasado, rompió la disciplina de su partido y fue el único del PP en el Parlamento Vasco que votó a favor de una iniciativa que pedía el cese inmediato y el desmantelamiento de la central nuclear de Garoña. Maroto reconoció su "preocupación" tras conocer las últimas noticias sobre la posibilidad de que reanude su actividad la central, porque, pensaba que el cierre de Garoña era "definitivo".
Insistió en que cuando conoció las posibilidades legales que el Gobierno de España estaba ofreciendo para la reapertura de la planta llamó al secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, para mostrarle su oposición como alcalde al reinicio de la actividad de Garoña y que la semana pasada se lo comunicó al ministro Soria. "Es lo que mi conciencia me dicta y es lo que hago como alcalde y como habitante de esta ciudad", concluyó.
En cualquier caso, la voz de Maroto contrasta con la postura del PP, que el martes descartó las peticiones de PSOE, la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) y Amaiur en el Congreso para que comparezca de forma extraordinaria el ministro de Industria, José Manuel Soria, y aclare el futuro de la central. Sobre el particular, el portavoz adjunto del PP en el Congreso, Rafael Hernando, remarcó que la decisión de cerrar temporalmente la planta correspondió a los titulares de la empresa (Nuclenor), en base a una "estimación errónea" sobre la "repercusión negativa" que a su juicio iba a tener el nuevo impuesto sobre el combustible que entró en vigor en 2013. "Hoy en día los dueños han estimado que el impacto no es el que estimaban. Ha cambiado su perspectiva y han sugerido la opción de reabrirla", indicó el portavoz popular.
Según insistió éste, la energía nuclear es "barata" y, dada la época de crisis económica, "hay que encender la bombilla de las industrias todos los días", frente al modelo diseñado por los socialistas que ha hecho que, mientras que en 2004 la tarifa de la luz era de las "más baratas de la UE", en la actualidad la española sea de las "más caras". "Me parecen muy bien estas cuestiones ideológicas, pero desgraciadamente la economía se mueve con energía".