Vitoria. Los acontecimientos se precipitan en el Ayuntamiento de Vitoria como en las buenas películas. Conocidas por todos y desarrolladas ya las diferentes tramas del filme, ahora la narración gana en rapidez, y se otea en el horizonte el clímax de la historia, que llegará antes del debate de enmiendas del próximo día 28, el final relajado tras la trepidante resolución de los conflictos aún en el aire a día de hoy. Será así, a no ser que la cuestión se resuelva en el propio debate, lo que ya daría la categoría de obra maestra al proceso presupuestario de este año.
El desenlace comenzaba a desarrollarse el miércoles, cuando EH Bildu y PSE protagonizaban un giro inesperado al anunciar su alianza y ofrecer al PNV sumarse, pero ya como comparsa, al hostigamiento al alcalde Maroto. El jueves ambas formaciones mostraban su optimismo ante la postura de los jeltzales, que al parecer habían ofrecido la posibilidad de abstenerse y permitir que el proyecto de izquierdas saliera adelante, aunque sin su concurso directo, si les concretaban más sus propuestas.
Pues bien, ayer el PNV echaba por tierra las esperanzas de socialistas y soberanistas de que los nacionalistas dejen prosperar sus enmiendas, sustentadas en una potente reforma fiscal que se debería materializar en las Juntas Generales. Según el portavoz del PNV, Gorka Urtaran, PSE y EH Bildu le presentaron un solo folio sin concreciones y le exigieron su adhesión antes de conocer el detalle de las propuestas. La reunión fue, por tanto, "absolutamente insatisfactoria" y por tanto "decepcionante", entre otras cosas porque el PNV preguntó si EH Bildu retiraría su enmienda a la totalidad a cambio de sus votos, a lo que al parecer se le respondió que "ya se verá".
Por otro lado, Urtaran no confía en la viabilidad técnica de la propuesta de EH Bildu y PSE, que a su juicio contempla unos ingresos irreales para financiar sus gastos, el mismo defecto que socialistas y abertzales ven en la alternativa jeltzale. Un lío. Y, aunque el portavoz del PNV no descarta llegar a un entendimiento con el resto de la oposición, éste se antoja complicado a tenor de la reacción que sus interlocutores protagonizaron nada más salir Urtaran de la sala de prensa del Consistorio.
"Le da vergüenza la instrucción de las altas esferas de su partido de pactar con el PP y tiene que buscar un responsable, pero lo tiene que buscar en su casa", señaló el concejal de EH Bildu Antxon Belakortu. "Urtaran quiere que alguien le acompañe en su película", afirmaba por su parte la edil del PSE Maite Berrocal.
Mientras, Maroto, el verdadero protagonista de toda esta historia, ve los toros desde la barrera, y según aseguraba ayer, muy tranquilo, a pesar de que el PNV le ha dicho que tiene que pulir mucho su Presupuesto para recibir el plácet nacionalista. "Hemos hecho todo lo que ha estado en nuestra mano", señaló. Un día antes también se había reunido con Urtaran, como Belakortu y Berrocal, para trasladarle que su proyecto presupuestario es "flexible".