vitoria. A veces la suerte llega cuando menos se la espera. Pasados los sorteos de Navidad y el del Niño, parecía que la fortuna volvía a esquivar a la provincia alavesa como tantas y tantas veces. Pero ayer algo cambió. Por fin. Alrededor de las 13.00 horas, el sorteo extraordinario de invierno de la Lotería Nacional, que se celebraba en Palma de Mallorca, deparó un giro de guión inesperado. El número mágico fue el 57.450, primer premio del sorteo, y los encargados de vender íntegramente los cupones no estaban en otras ciudades. Estaban en Vitoria. En la calle Reyes de Navarra, concretamente. Era real, nunca mejor dicho. Desde su oficina en la confluencia entre los barrios de Zaramaga y Aranbizkarra, David Ruiz de Azúa y Ana Isabel Calvo acaban de repartir más de veinte millones de euros en premio a los vecinos de la zona.

El número, muy repartido, pasará así a la historia como uno de los mayores premios que han sacudido nunca la capital alavesa, en la que sin ir más lejos el Gordo de la Lotería de Navidad sólo ha tocado en dos ocasiones, en 2006 y en 1830, además de en la localidad alavesa de Oion en 1998. En esta ocasión, la administración número 13 de Vitoria ha vendido unos setenta décimos, agraciados cada uno con 130.000 euros. Pero, además de esos setenta gasteiztarras que desde ayer son un poco más ricos, hay uno que -si no ha muerto del susto- tiene la vida solucionada por muy derrochador que sea.

Y es que, el poseedor de la fracción quinta de la serie séptima del primer premio, el 57.450, llenará su cuenta bancaria con nada menos que quince millones de euros. Y todo por comprar un décimo de la Lotería que, en este sorteo, tenían un precio de quince euros cada uno. En total, aunque la delegación en Álava de la Lotería no aportó datos concretos, se estima que el primer premio ha dejado cerca de 25 millones de euros en total.

Así las cosas, no era de extrañar la inmensa alegría que ayer los responsables de la administración mostraban ante la prensa mientras descorchaban una botella tras otra de champán. "El número lo hemos repartido íntegro aquí en ventanilla, vendiéndolo uno a uno a los vecinos y la gente del barrio. Ahora mismo habrá un montón de familias de Zaramaga y Aranbizkarra que estarán contentísimas", se congratulaba David Ruiz de Azúa, que hace apenas un año tomaba el relevo de su madre, Begoña Lizarralde, al frente de esta administración de la calle Reyes de Navarra.

apenas un año "Ha sido llegar y besar el santo. Mi madre ha estado treinta años y nunca dio un premio gordo, y ahora nosotros damos uno en tan poco tiempo. Esto es increíble, es como si te dan un premio por tu trabajo", explicaba el responsable de la oficina de Loterías Número 13 de Vitoria, que aseguraba desconocer la identidad del afortunado gasteiztarra que hoy es quince millones de euros más rico.

Los que sí se acercaron con cuentagotas a agradecerles el premio fue una joven pareja de veinteañeros que tenían dos décimos. "Estaban emocionadísimos. Te sientes bien porque de alguna forma sabes que les has ayudado en algo", apuntaba Ana Isabel Calvo, que lleva nueve años trabajando en esta administración. "Estamos muy contentos por el barrio, porque hay muchas empresas que han cerrado y mucha gente que se ha quedado en el paro. Ojalá esto sirva para que a los que les ha tocado empiezan a salir a flote", incidía Ana Isabel antes de que David Ruiz de Azúa explicara que el hecho de haber sido un premio tan repartido se ha debido a que su administración repartió "muchas pedreas del sorteo de Navidad y, sobre todo, del sorteo Niño".

"Eso ha generado que la gente viniera y, con esa pedrea, se llevara un número para este sorteo especial. El número era raro porque la gente no suele querer los que acaban en cero", relataba David. Los que no les importara llevarse un número acabado en cero son ahora unos auténticos afortunados. Con casi 25 millones repartidos, Vitoria sonríe de aun vez por todas tras años y años en los que los premios han regateado a sus vecinos una y otra vez. Ahora, los agraciados deberán empezar a pensar qué agujeros tapan con esos 130.000 euros al décimo, y el gasteiztarra que cuenta ya con quince millones de euros en su cartera estará pensando a buen seguro dónde -y con quién- pasar el resto de su vida. Que lo disfruten con salud.