gasteiz
los constantes cambios circulatorios, ordenanzas de nuevo cuño como la de la bicicleta y una pizca de afán por recaudar han convertido a los conductores y ciclistas gasteiztarras en un blanco perfecto para las multas. No pueden pasarse por alto las imprudencias e irregularidades que algunos de ellos cometen, pero que las arcas de las distintas administraciones están temblando es una realidad difícil de discutir y que ello pueda estar detrás de una mayor severidad por parte de la Policía se encuentra también en boca de todos.
La última polémica en torno a las sanciones de tráfico y su oportunidad ha saltado en Gasteiz esta misma semana, tras la denuncia del Síndico recogida por este periódico de que el Consistorio no responde a los recursos interpuestos frente a las multas y éstas acaban en una suerte de limbo, con los afectados pagando religiosamente por algo que creen injusto. Un asunto que ayer fue también objeto de debate en el propio Ayuntamiento y que ha encendido una mecha de descontento más en la calle. DNA se ha dado un paseo por el centro de la ciudad en busca de opiniones, no sólo sobre este toque de atención del defensor vecinal sino en torno a las multas y su justificación en general.
A juicio de Javier Marcos, un conductor que "toca madera" porque todavía no ha sido denunciado en la capital alavesa, el silencio administrativo practicado por el Ayuntamiento es "improcedente", propio de una actitud "prepotente" o incluso "despótica". De "irresponsabilidad", por su parte, califica la actitud del Consistorio Mertxe Salazar, conductora y también bicicletera. Las redes sociales echaron ayer humo con esta noticia, la más comentada en la web de este diario (www.noticiasdealava.com).
Roberto Huelmo, otro conductor gasteiztarra, es de los que piensa que a día de hoy existe "muchísimo afán recaudatorio" por parte del Ayuntamiento, lo que explica que tanto él como muchas otras personas sean multadas habitualmente "por cosas absurdas". La presencia del famoso Ford Focus gris -el radar móvil de la Policía Municipal- "donde no tiene que estar" ha motivado dos reclamaciones por parte de este descontento vecino -con fotos realizadas con su móvil incluidas- que no han obtenido respuesta. "Están que no perdonan una, y ahora con la cuesta de enero mucho más", censura Huelmo.
A juicio de Salazar, que exista un afán recaudatorio mayor últimamente debido a la crisis "es sólo un suponer", aunque determinadas situaciones le hacen decantarse por el sí. Marcos, entretanto, es bastante más duro en sus palabras. "Veo a los agentes bastante prepotentes, porque se ven multitud de infracciones y al final te acaban denunciando por parar cinco minutos donde no debes. Creo que muchas cosas son banales", denuncia.
enfado Agustín Aguirrezabal, trabajador de la plaza de Abastos, acaba de aparcar su furgoneta junto al mercado y se suma gustoso al debate. En esta ocasión ha tenido suerte y ha podido estacionar con facilidad en una zona donde, denuncia, mucha gente aparca indebidamente pese a que los currelas tienen preferencia. "Hay días que está todo lleno y me dicen que llame a la Policía. No lo hago pero me enfada, porque tengo que ir a aparcar hasta la calle Florida", censura Aguirrezabal. La presencia de agentes hoy sí que es bastante destacable en esta zona, donde también existen varias plazas para discapacitados que muchas veces son ocupadas de forma irregular. "Igual están controlando más últimamente", reconoce el vendedor. ¿Puede que se deba a esa necesidad de recaudar más? "Igual ahora sí, por los días que son", intuye.
Muy cerca se encuentra Nuria Pulido, vecina de Iruña Oka, que ha acudido en coche a Gasteiz a hacer unos recados. En la capital alavesa nunca ha sido multada, por lo que esta joven no se ha visto expuesta al silencio administrativo del Ayuntamiento denunciado por el Síndico. Eso sí, por su experiencia considera que "hay mucho" afán recaudatorio por parte del Consistorio, a la vista de que "hay muchos más policías vigilando y también muchos más controles". Pulido considera que en muchos casos, siempre que las infracciones apenas alcancen la categoría de leves, bastaría con apercibir a los conductores y no imponer automáticamente la receta. "Podrían darse toques, avisos, porque no hace falta multar por todo. Es como hacer un control de alcoholemia a los peatones", ejemplifica. Las razones por las que a sus ojos se imponen más multas últimamente "pueden ser varias", aunque intuye que "para arreglar las carreteras seguro que no es".
Otro de los gasteiztarras que abandera un discurso beligerante es Roberto Pérez, para quien "sin ninguna duda" las multas por infracciones de tráfico están creciendo sospechosamente "por lo menos desde hace un par de años". "Tienen que sacar dinero de cualquier sitio. No es por culpa de la gente, pero como no pueden hacerlo de otras formas optan por las sanciones", critica.
Pérez carga contra el doble rasero que, a su juicio, emplean algunos agentes ante unas y otras situaciones irregulares. "Hay asuntos como los bozales de los perros con los que tienen manga ancha, avisan y no multan, pero con el tema del tráfico suelen ser inflexibles", advierte. ¿Qué pasará con la nueva ordenanza de la bicicleta recién aprobada, que será otra nueva fuente de ingresos para el Ayuntamiento?
A juicio de Jon Ruiz de Infante, bicicletero, "la filosofía de esta norma es buena, pero en estas cosas siempre existe un afán recaudatorio". Este joven considera que era necesario regular la convivencia entre ciclistas y peatones, pero también que la normativa municipal "se ha quedado corta" y, además, "da mucho poder a los coches", con el problema añadido de que "se ha aprobado sin un periodo de concienciación", tanto para los que circulan sobre dos ruedas como para los que lo hacen sobre cuatro.
Ruiz de Infante considera que esto derivará en que se multará a muchos bicicleteros que "ni siquiera habrán oído hablar de esta ordenanza". Ha faltado información, a su juicio. "Parece que toda la gente tiene que saber lo que pasa en el Pleno, pero no es así", advierte. Roberto Pérez también considera "absurdos" ciertos aspectos de la norma que se pretenden sancionar, al igual que un Javier Marcos que ve "un sinsentido" vetar la circulación de bicicletas por el centro. Mertxe Salazar, entretanto, cree que en Gasteiz "no hay cultura de bici" y que la ordenanza se ha implantado de forma "apresurada".
El silencio administrativo del Consistorio ante los recursos enciende otra mecha de descontento