Gasteiz. Incansable en la lucha por la dignidad y la justicia, Romualdo Barroso Frejo dedicó su vida a reivindicar la memoria de su hijo y exigir que su asesinato no quedara impune. Padre de uno de los cinco obreros fallecidos en la masacre del 3 de marzo de 1976, Romualdo falleció el pasado jueves a los 87 años de edad tras años ejerciendo de rostro visible de la asociación de víctimas del 3 de Marzo.

El funeral en su recuerdo tendrá lugar hoy a las 19.00 horas en la iglesia de San Cristóbal. Antes, a las 11.50 horas, su féretro será trasladado desde el tanatorio Vitoria-Gasteiz al cementerio de El Salvador. Durante más de tres décadas, Romualdo denunció los asesinatos de su hijo, que falleció con apenas 19 años, y los otros cuatro trabajadores que murieron en el barrio de Zaramaga a manos de la Policía. Su recuerdo servirá de ejemplo para una lucha que hoy en día, pasados 37 años, sigue vigente en memoria de las cinco víctimas cuya sangre tiñó las calles gasteiztarras en 1976.