GUIRNALDAS, luces navideñas, pista de hielo, mercados variados, Lotería, buenos deseos, fiestas y comilonas por doquier. La Navidad es un manto que todo lo cubre durante varias semanas. Llega cada vez antes, al menos, ésa es la sensación que queda al comprobar la rápida implantación televisiva de anuncios y comerciales de colonias y juguetes, y se va cuando los Reyes Magos han hecho su trabajo. La nostalgia por las tradiciones de antaño y por la invasión de usos culturales nacidos al otro lado del Atlántico hacen que estos días se hayan unificado al son tocado por la industria cultural norteamericana. Con ello y con todo, cada lugar pone su punto a estas fechas, como Vitoria, que ya disfrutó de su mercado agrícola navideño y que ahora presume de artesanía y de personalidad propia.
Jabones de zanahoria o canela, hasta las lámparas infantiles elaboradas a partir de botes de cristal, o las esculturas de papel y alambre pintadas con papel pinocho. Todos los productos que contiene la XVII Feria de Artesanía de Navidad en la Plaza de la Provincia son únicos e irrepetibles. Todavía los hay que se resisten a que la maquinaria haga acto de presencia y prefieren crear artículos exclusivos elaborados de la misma manera que se hacía antaño: totalmente a mano. Los límites entre artesanía y arte se mezclan en una feria que se ha convertido en una de las más reconocidas de España.
Ésta, la de la plaza de La Provincia, es una de las citas ineludibles de la Navidad gasteiztarra. Pero no la única. De hecho, las calles de la capital alavesa son en esta época un catálogo de costumbres y espacios pensados e ideados exclusivamente para disfrutar de fechas tan entrañables. Por un lado está el belén de La Florida, uno de los mejores y más reconocidos en todo el Estado. Pese a las gamberradas y los vándalos, que cada año logran cobrarse una o varias piezas, que han de pasar al hospital para su recuperación, el conjunto de figuras del nacimiento vitoriano merece la pena. Niños y mayores, vecinos y visitantes, propios y extraños pueden disfrutar de un belén que supera ya el medio siglo de antigüedad. Estos son los principales hitos que señalan la llegada de unas fiestas que este año contaron hace unas semanas con la feria comercial y gastronómica Goxo-Goxo y con Ardoaraba entre el 5 y el 8 de diciembre y con la feria agrícola de la Plaza España, que volvió a concitar en el zoco por excelencia de la capital lo mejor del campo alavés.
Hay más espacios, tantos como la pista de hielo, el PIN de Navidad -en esta ocasión privatizado en el BAKH- y los pequeños lugares habilitados por particulares, sociedades, tiendas, bares y empresas. Cada cual pone su grano de arena para celebrar como merecen estos días.