amurrio. Parece que fue ayer cuando llegó a la Alcaldía.
Partí con la ilusión propia del recién llegado por desarrollar un proyecto en el que participamos muchas personas, a través del programa Zabaltzen, y con la complejidad de llevarlo a cabo, porque era muy consciente de que estaba tomando el relevo a una persona que llevaba 24 años en el cargo, añadida a la difícil situación económica con la que me ha tocado lidiar. En 2008 este Ayuntamiento contaba con un presupuesto de 25 millones de euros y en 2013, de 13,7 millones. Con eso se dice todo. No obstante, dentro de lo complejo de la fórmula, la experiencia esta resultando ilusionante.
Su intención era gestionar "mirando al futuro y a las personas", con un acuerdo social y político a través de una participación real. ¿Logrado?
No diría tanto, pero estamos trabajando. No es nada fácil viniendo de una estructura de trabajo muy marcada de la gestión anterior. Y hablo de una complejidad tanto técnica como política. Algunos ejemplos del intento son el presupuesto municipal o el diagnóstico del PGOU, ahora su fase de avance.
Quería crear un plan de eficiencia que permitiera ahorrar en personal, gasto corriente y en la gestión de ciertos servicios. ¿Qué se ha hecho?
Más que un plan de eficiencia, lo que se ha hecho es un repaso área a área. Ha habido que constreñir cada departamento apostando por mantener servicios de calidad, optimizando el coste. En personal, la rigidez impuesta por Madrid implica no poder contratar. Sí se están haciendo cosas en materia de eficiencia energética y mantenemos criterios objetivos a la hora de licitar. Nos gustaría hacer más, pero la situación nos obliga a aplicar lo que denomino economía doméstica.
Un apartado importante en el plan urbanístico es la reubicación del ambulatorio. ¿Qué pasos dará ahora el Ayuntamiento?
La mejora del servicio asistencial médico e impulsar la creación de un nuevo ambulatorio, dado el deterioro del actual, era algo recogido en nuestro programa electoral. El nuevo centro de salud tenía que haber estado hecho para 2012. La noticia de que el Gobierno Vasco vaya a iniciar el próximo año el proceso de licitación y que haya destinado 330.000 euros a su construcción la hemos recibido con optimismo. Ahora nos toca definir el espacio y ya hemos visitado varias parcelas. Mi apuesta es que esté en un lugar céntrico, relacionado con la red de movilidad.
Otro pilar de su gestión son las juntas administrativas y barrios. De hecho, se ha creado un área para ello, con apoyo técnico y económico.
Efectivamente. Con las nueve juntas nos propusimos hacer una reunión trimestral y estamos cumpliendo, aparte de encuentros cuando surgen temas específicos. La sensación que tenemos es que lo han recibido de forma muy positiva. El hecho de que se les pague una parte del impuesto de construcción de nueva vivienda o trabajar de forma conjunta cuestiones como el Fofel o el PGOU son un ejemplo, porque hay que recordar que son ellas las que gestionan sus pueblos en coste de alumbrado y demás. Lo menos agradable para sus poblaciones es que se ha empezado a cobrar el impuesto de basuras, pero también hemos entrado en la agencia de desarrollo rural Zabaia para que puedan acceder a ayudas y asesoramiento.
Ha apostado por la comarcalización de servicios públicos, empezando por la propuesta a Ayala y Orduña para el uso del polideportivo Bañueta.
Les propusimos que sus poblaciones puedan hacer uso de nuestro polideportivo con precios especiales, estudiando posibles compensaciones o acuerdos. Llodio y Amurrio tenemos servicios que no tienen nuestros vecinos de comarca de menor número de habitantes, pero también es una realidad que con las cuotas no se cubre el coste de mantenimiento de esas instalaciones deficitarias. Por ello, cuando un ayuntamiento vecino se acerca a nosotros tiene que entender que hay gastos de mantenimiento asociados. El tema es quién hace el esfuerzo y cómo se hace.
Amurrio no se libra de la lacra del desempleo, con el 17,6% de la población activa en paro.
Por desgracia, ahora tenemos de telón de fondo las protestas de los trabajadores del grupo Kider en defensa de sus puestos. Son sólo un ejemplo de las muchas movilizaciones que estamos viviendo en los últimos años. La alta tasa de desempleo es una realidad que asusta, y hay sectores y familias que lo están pasando realmente mal. En esta tesitura, el Ayuntamiento, aunque no sea nuestra competencia y es poco lo que podamos hacer, al menos lo intenta. En materia comercial tenemos el Perco y de la mano de la sociedad para el desarrollo local Amurrio Bidean o del programa de inserción laboral Sartu se están generando un montón de iniciativas. También estamos con el Plan de Empleo Comarcal que, este año se ha centrado en formación, pero hemos pedido que se centre en contrataciones y emprendizaje.
Volviendo al avance del PGOU, su apuesta pasa por definir un modelo urbanístico sostenible y equilibrado. ¿Por dónde irá el crecimiento en la próxima década?
Una de las cuestiones que propone el avance del PGOU es lo que se conoce como colmatación de la trama urbana. Es decir, rellenar los espacios que todavía quedan vacíos en el casco de la localidad. El número máximo de viviendas que podrán construirse no deberá superar las 1.536, en base al límite que marca el Gobierno Vasco, y el plan propone que la mitad sean protegidas. Además, apuesta porque el río Nervión gane mayor presencia en la trama urbana, uniendo el centro urbano con la zona del matadero, así como abrir un paso bajo las vías del tren que conecte ambos lados, posibilitando en la zona de Boriñaur la creación de un gran parque de ribera. Por lo que respecta a las juntas administrativas, hemos detectado un gran número de viviendas y caseríos desocupados, unido a un descenso demográfico y parcelas no edificadas, que se va a intentar solventar mediante la colmatación de tramas urbanas y la flexibilización de viviendas desocupadas, tales como permitir la segregación de caseríos y similar.
¿Y qué hay del traslado de la gasolinera fuera del casco urbano? ¿Se ha resuelto el pleito abierto con los propietarios del surtidor?
El avance del PGOU plantea tres opciones para su nuevo emplazamiento, en un solar alejado de zonas residenciales pero cerca de las carreteras principales, de manera que no suponga un aumento del tráfico en el centro urbano. Las opciones sobre la mesa son el área del restaurante Saerín, otra zona junto a este mismo establecimiento hostelero y cerca de la rotonda de Zabaleko. Respecto al contencioso para desalojar el terreno que ocupa actualmente la gasolinera, y perdido ya en varias instancias por los propietarios, sigue abierto, pero en cuanto haya sentencia firme y definitiva queremos alcanzar un acuerdo, porque en la actual gasolinera hay puestos de trabajo que queremos se mantengan.
Amurrio ha entrado en la mancomunidad de basuras de la Cuadrilla de Ayala y recientemente han sido el primer municipio en ceder la gestión de la red de agua potable al consorcio Kantauriko Urkidetza.
En la primera éramos los únicos que faltábamos, costó trabajo pero la prestación es claramente mejor. Se ha ganado tanto en frecuencia de recogida como en calidad del servicio. En cuanto al tema del abastecimiento de agua y saneamientos, la normativa europea marca unos hitos importantes, de forma que ayuntamientos y juntas administrativas, en un escenario no muy lejano, tendremos que afrontar una carga de inversiones importante y no podremos hacerlo de forma individual. Todo apunta que la línea es mancomunar.
Otra de sus intenciones era ejecutar un plan de instalaciones deportivas. ¿En qué punto se encuentra?
Esta pregunta tiene trampa (risas). Es algo muy ambicioso que también lleva asociada una importante redefinición de espacios e inversión. A día de hoy, se están haciendo pequeñas intervenciones para optimizar estas instalaciones. Cosas muy modestas, porque se apuesta más por el deporte participativo. Esto hace que no se afronten obras que antes eran habituales.
Hace poco estuvo en Estrasburgo con motivo del pacto de alcaldes por la energía sostenible y el Pleno acaba de dar luz verde a un plan de acción de 6,5 millones. ¿Lo cree posible?
Amurrio es un referente en respeto medioambiental que nos viene heredado de la anterior gestión y que apostamos por mantener. Nos animó el EVE a meternos en este reto europeo, que fundamentalmente consiste en 70 acciones hasta 2020 y que es mucho más exigente de lo que en realidad necesitamos. Algunas actuaciones, como las enfocadas a reducir el consumo energético en el alumbrado público, ya se están haciendo y se está notando en las facturas de la luz. Por supuesto que tamaña inversión para nosotros es imposible ahora mismo sin una política de subvenciones que la acompañe y que se cifra en un 60% de cada actuación. Nuestra idea es afrontar el plan de forma racional y priorizando entre todos, porque es algo muy flexible que dudo tengamos que abordar en su totalidad para reducir en un 20% las emisiones de CO2, aumentar en el mismo porcentaje la eficiencia energética y cubrirla con renovables.
Están ultimando el nuevo Plan de Euskera. ¿Cómo ve esta área?
Veo que seguimos avanzando, pero estos pasos no son de hoy para mañana. El nuevo plan de normalización lingüística hará hincapié sobre todo en la necesidad de aumentar el uso del euskara en la Administración. A nivel externo creo, sinceramente, que goza de buena salud. No obstante, hay que seguir avanzando y tocar ámbitos históricamente más alejados del euskara como el comercio o la industria.
¿Cómo ve el 2014 en materia presupuestaria?
Estaría contenta con que fuésemos capaces de mantener lo que hay. No me gustan las políticas de recortes pero, a veces, no queda otra salida y nos toca matizar algunas cuestiones. En general, la gente entiende bastante bien la situación económica y no suele exigir que realicemos cosas materialmente imposibles. Las previsiones de aumento presupuestario están totalmente descartadas, pero a ver si apuntalamos acciones iniciadas y mantenemos servicios como el Amurrio Antzokia o las escuelas de música y de danza, con muchísimo esfuerzo. La cultura lo agradecerá.
Llega Olentzero. Si fuese su consejero, ¿en qué le pediría ayuda?
La primera, intentar explicar mejor cada una de las actuaciones que se quieren hacer y que se realizan, que sé de sobra que tengo un suspenso en eso de convocar a los medios (risas). Económicamente hablando, quisiera buscar un equilibrio presupuestario que no nos haga depender tanto de financiación externa; y en materia política, alcanzar acuerdos con el resto de grupos, que muchas veces resulta muy complejo.