Miles de deseos, que esta época requiere de mucha ayuda. Ayer, la capital encendió la Navidad con la fuerza de los sentimientos hasta convertir las calles del centro en una estampa que sólo se puede disfrutar por estas fechas. Miles de velas iluminaron el cielo de una ciudad muy castigada por las nubes y la meteorología durante toda la jornada. Sin embargo, a la hora de arrimar la lumbre a la cera se estableció una tregua en lo climático que permitió que durante buena parte de la noche reinara el fuego sobre el resto de elementos en una iniciativa que va camino de trascender su origen comercial.
Sea como fuere, la iniciativa, que ya ha llegado a su decimocuarta edición, volvió a partir de la Federación de Comercios y Servicios del Casco Medieval. Una noche en la que la mágica luz de más de 15.000 velas sirvió de elemento decorativo en la almendra y en plazas como la del Machete, Los Arquillos o la balconada de San Miguel.
Lo cirios se pudieron ver en la Fuente de los Patos, Virgen Blanca y en las calles Zapatería, Correría, Herrería, Siervas de Jesús, Diputación, Cuchillería, Pintorería, Nueva Fuera, Portal del Rey y San Francisco. Asimismo, se decoraron la muralla, el Museo de los Faroles, el Museo de Arqueología, El Portalón, la torre de Doña Ortxanda, el palacio Escoriaza-Esquível y el palacio de Villa Suso.
El marco sirvió además para un espectáculo teatral al cargo del grupo La Cremallera Teatre. >dna