lOS juguetes Lego, esos bloques interconectables de plástico que llevan divirtiendo y desarrollando las habilidades de varias generaciones, atraviesan por su enésima juventud. El Parque Tecnológico de Zamudio acogerá esta mañana una apasionante competición científico-técnica promovida por la firma danesa, la First Lego League (FLL) Euskadi, en la que tomarán parte dos equipos alaveses en busca de un billete para la fase estatal de este certamen, que tendrá lugar en Barcelona el próximo mes de marzo. Uno es el TecnoClub de Elburgo y el otro está integrado por alumnos del colegio Urkide de Gasteiz. No será sencillo, porque ambos deberán verse las caras con otros 28 combinados vascos y sólo hay dos billetes en juego para esa gran final. A partir de ahí se dará paso a las competiciones europea y mundial. La FLL implica nada menos que a 200.000 jóvenes de 65 países de todo el planeta, lo que demuestra su dimensión. Su organización corre en la CAV a cargo de Innobasque.

Claro que la FLL es mucho más que una simple competición. Engloba investigación, aprendizaje, trabajo en común y también colaboración entre los distintos equipos que toman parte en ella, sólo por citar algunos de los muchos valores que absorben sus jóvenes participantes, que oscilan entre los 9 y los 16 años. DIARIO DE NOTICAS DE ÁLAVA se ha desplazado a Elburgo para conocer de cerca el trabajo de Los Catastrónicos, el equipo del TecnoClub de la localidad de la Llanada que participará hoy en la competición de Zamudio, en la que el desafío de esta edición versará sobre las catástrofes naturales. De ahí el peculiar nombre del grupo.

Fidel Gómez, su entrenador, se afana en dar las últimas instrucciones a los ocho Catastrónicos que este año representarán a Elburgo en la localidad vizcaína. Son Iker, Laura, Luis, Mikel, Jesús, Ekain, Maitane y Jon Kepa, vecinos tanto del pueblo como de localidades cercanas como Dulantzi y también de Gasteiz, y de edades que van entre los 9 y los 14 años. "Esto es muy enriquecedor a la hora de repartirse las tareas", remarca Gómez. Apenas restan 48 horas para la hora de la verdad y llega el momento de realizar el último ensayo.

Es la tercera vez que este Tecno-Club, que tiene su base de operaciones en el polideportivo del pueblo, participa en la FLL Euskadi y, además, va a premio por año. Hace dos, como Los Patatrónicos, lograron el premio a la solución más innovadora gracias a un proyecto que buscaba solucionar el problemas de los gusanos de la col. Y el pasado, consiguieron el premio a la investigación por descubrir las características que deberían definir al automóvil más adecuado a las necesidades de las personas mayores. En esta ocasión se hicieron llamar Los Anciatrónicos. "Trabajan muy bien y el de este año es el mejor proyecto que hemos hecho, aunque los otros equipos también mejoran mucho", advierte Gómez.

Para la presente edición, el desafío volverá a estar estructurado en torno a tres ámbitos, la creación de un proyecto científico innovador relacionado con los desastres naturales, el desarrollo de un robot a través de su diseño con piezas de Lego Mindstorm para que ejecute misiones relacionadas con este reto sobre un tablero y poner también sobre la mesa los valores mostrados a lo largo de todo el proceso. La innovación, la creatividad, el trabajo en equipo, el respeto a los demás, el emprendimiento o la comunicación de los logros al entorno.

Tras una dura selección en la que tomaron parte los ocho miembros del equipo y en la que sopesaron distintos puntos del planeta sobre los que realizar su proyecto científico, lugares en los que los desastres naturales son habituales, Los Catastrónicos se decantaron finalmente por la isla canaria de La Palma. Descartaron, entre otros, países como Haití, Japón o México y lugares mucho más cercanos como la propia Euskadi, azotada todo los años por estas fechas por el riesgo de inundaciones, y Navarra, zona de actividad sísmica. Concluyeron Los Catastrónicos que el gran número de volcanes dispersos por La Palma y su potencial destructor constituía un buen motivo para idear soluciones que permitiesen reducir los daños causados por las ondas de choque de origen volcánico. No fue sencillo, habida cuenta de la escasa información existente en Internet sobre esta materia.

Pero tras un intenso trabajo de documentación, que incluyó también un contacto directo con un equipo de La Palma que también toma parte en la FLL, han logrado recopilar varias recomendaciones para mitigar un episodio de estas características, basadas en los materiales empleados para construir edificios o en sus características arquitectónicas. Lo presentarán a través de unas vistosas cartulinas.

"buenas soluciones" Los arquitectos José Ramón Cueva y Luis Zafiaur escuchan con atención las explicaciones de los chavales y añaden algunas recomendaciones para su presentación, como poner énfasis en que las erupciones volcánicas están íntimamente relacionadas con la actividad sísmica. "Un volcán es el reflejo de que algo está pasando", advierte el primero. "Es un tema complicado, pero han encontrado buenas soluciones", alaba el segundo.

Llega el turno ahora de la parte más divertida del proyecto, completar en dos minutos y medio -hay tres oportunidades para ello- varias misiones sobre el tablero con el robot, que previamente ha sido programado por el equipo para moverse y cumplir los objetivos. El tablero, cómo no, está ambientado también con la temática elegida para esta edición, las catástrofes naturales. Así que el robot, dotado de un cerebro y un sensor, rescata a varios animales, provoca un tsunami, hace volar a un avión y que aterrice en la pista... Ir completando misiones les da más puntos, aunque también pueden perderlos siendo penalizados, por ejemplo, si tocan el robot con las manos.

La tercera pata del campeonato consiste en una nueva presentación, en la que pondrán de relieve todos los valores adquiridos durante la preparación del proyecto, tanto el descubrimiento científico como la inclusión, la integración o la coopertición, un concepto que engloba la cooperación y la competición. "Consiste en valorar el proyecto en sí, lo que han aprendido y las soluciones que pueden aportar, pero también en qué han ayudado a otros grupos o cómo han funcionado como equipo", insiste Gómez.

De este cóctel de buenas prácticas saldrán los ganadores del certamen. El año pasado, triunfó el equipo de Karmengo Ama Ikastetxea de Amorebieta (Bizkaia). Los chavales del TecnoClub Elburgo acuden a Zamudio sin miedo y con toda la ilusión del mundo. "¿Estáis nerviosos?" "Qué va, estamos acostumbrados", responde Iker, uno de los veteranos. Durante los tiempos muertos de la competición también tendrán su hueco los distintos equipos que integran la Junior First Lego League, pensada para niños de entre los 6 y los 9 años de edad. Elburgo, por supuesto, también tiene su grupo, por el que pasaron varios de los integrantes del equipo actual de mayores. Los pequeños Xabier, Elena, Urtzi y Julia son ahora sus miembros.