eL guión se repite todos los años por estas fechas. Con la llegada de los primeros fríos del otoño y el invierno, el virus de la gripe vuelve a amenazar la salud de la población alavesa mientras los servicios sanitarios se esfuerzan en minimizar su impacto. No cabe relajarse ante la patología clásica de este periodo, benigna en la mayoría de los casos, subestimada en otros tantos, pero que puede generar graves complicaciones entre los pacientes crónicos y los que tienen más de 65 años. Por fortuna, así parecen haberlo interiorizado también estos grupos de riesgo, que en las últimas semanas han respondido de forma "positiva" al llamamiento de Osakidetza a la vacunación, la única herramienta preventiva eficaz y segura contra la gripe.

Así lo advierte Enrique Peiró, jefe de programas de Salud Pública del Servicio vasco de Salud, quien también celebra que existe "una adherencia consistente" a la inmunización contra el virus y "mantenida en el tiempo" entre la población de riesgo. Osakidetza, que ha ampliado el periodo de vacunación contra la gripe hasta los dos meses, acaba de dar por cerrada la campaña y ya cuenta con los primeros datos provisionales al respecto. Un total de 335.432 vascos, entre mayores de 65 años, diabéticos, enfermos respiratorios crónicos o cardiópatas, habían dado el paso de inmunizarse para evitar la aparición del virus durante las diez primeras semanas de vacunación. Habrá que esperar unos días para saber si Osakidetza cumple o no sus objetivos de cobertura, el 65% de la población de riesgo, porque se encuentra a la espera de recibir de manos de los ayuntamientos los censos de personas en edad de jubilación que hay en cada municipio, una cifra que lógicamente varía todos los años.

Peiró, en este contexto, no se atreve a aventurar si la cobertura será mayor o menor que la del año pasado. "Diría que estamos más o menos estables", asegura el profesional, tras varios años de descenso continuado en las cifras de vacunación. Una tendencia que comenzó a observarse a partir de 2009, tras la alerta sanitaria generada por la pandemia de gripe A, a la que siguieron "muchos mensajes, algunos contradictorios", desde diferentes foros de Internet y grupos antivacunas cuestionando la eficacia e incluso la seguridad de la inmunización contra la gripe. Peiró, que insiste en que "la seguridad de la vacuna no es cuestionable", también rompe una lanza en favor de su eficacia y recuerda que los grupos de riesgo deberían inmunizarse todos los años, porque la composición del tratamiento varía temporada tras temporada para amoldarse a las cepas en circulación. "En cinco campañas se han puesto casi dos millones de vacunas en Euskadi y no hay constancia de ninguna reacción adversa grave", insiste el profesional sanitario.

Ya es tarde para que quienes no se hayan vacunado contra la gripe lo hagan ahora, pero existe también una serie de recomendaciones básicas para evitar contraer esta patología que se diferencia de los resfriados comunes por la aparición de varios síntomas bien identificables: La fiebre alta, los fuertes dolores musculares y articulares y la tos seca, así como otros síntomas intestinales como las náuseas, los vómitos, los dolores abdominales o la diarrea en algunas formas clínicas. Según aconseja Peiró, la toma de unas sencillas medidas higiénicas como el lavado de manos frecuente, taparse la boca al toser y estornudar y usar pañuelos desechables puede interrumpir en gran medida la transmisión del virus.

18 casos por 100.000 habitantes A partir de ahora, Osakidetza se prepara para un previsible e inminente repunte de los contagios de gripe, aunque la prudencia siempre caracteriza sus mensajes. A día de hoy, la incidencia del virus se encuentra muy por debajo del umbral epidémico, sólo 18,05 casos por 100.000 habitantes, cuando el año pasado la gripe alcanzó los 300 en su pico máximo. En temporadas de intensidad alta, el virus se ha ido incluso por encima de los 800. Generalmente, esos picos comienzan a darse en los últimos días de diciembre y los primeros de enero, aunque tampoco es descartable que se adelanten o incluso que se retrasen en el tiempo. "Me podría tirar un farol y decir que la gripe va a subir a partir del 1 de enero, porque suele ser así todos los años, pero yo no tengo ni idea de lo que va a pasar ni nadie la tiene. Esto es lo más habitual, lo que no garantiza que este año vuelva a ser así. No se puede prever con exactitud", insiste Peiró. La Red de Médicos Vigía ha observado en la última semana una incidencia del virus "ligeramente superior" a la anterior, aunque según remarca Peiró "tener esos 18 casos es casi como decir que no hay actividad". Por el momento, no se ha dado ningún caso grave en Euskadi ni ninguna hospitalización derivada de la aparición de la gripe.

A pesar de esa imposibilidad de saber con exactitud cómo se comportará el virus esta temporada, Peiró confía en que, al igual que ha sucedido en los años precedentes, ésta sea también una temporada de gripe de intensidad "medio-baja". Se basa el profesional en que "en principio" no ha circulado ninguna cepa novedosa del virus, lo que invita a pensar que "cabría esperar lo mismo que sucedió el año pasado", una temporada light, tal y como la definió en su día el exconsejero Rafael Bengoa. "Pero son meras hipótesis", recuerda Peiró. Habrá que esperar todavía unas semanas para conocer la incidencia y el poder real del virus.

Las recomendaciones para paliar los efectos de la gripe una vez contraído el virus también son explícitas y se repiten temporada tras temporada: No moverse de casa si no es estrictamente necesario, reposar, hidratarse, evitar el tabaco y el alcohol, medicarse con antitérmicos -tratamientos tipo Frenadol- para paliar la fiebre, abstenerse de ir a trabajar para evitar nuevos contagios y no acudir a los servicios de Urgencias a no ser que se trate de un caso de gravedad, para así evitar colapsarlos. Otros medicamentos como los descongestionantes nasales y antihistamínicos o los analgésicos para combatir el malestar generalizado pueden ayudar a combatir sus efectos. Nunca deberá recurrirse a los antibióticos, tanto padeciendo gripe como resfriado común, porque estos fármacos únicamente son eficaces en enfermedades de origen bacteriano y no causadas por virus, como es el caso.