vitoria. Las víctimas gasteiztarras del 3 de marzo nunca han buscado venganza, pero sí una justicia que en casa no llegó. Por eso su portavoz, Andoni Txasko, se encuentra estos días en Argentina. La magistrada María Servini de Cubría, instructora de la causa abierta en 2010 por los delitos cometidos durante la dictadura española y el postfranquismo, es la esperanza de quienes un día fueron tiroteados, gaseados y golpeados en el barrio de Zaramaga y de sus familias. El representante vitoriano declaró ante ella este martes, pero todavía sigue en Buenos Aires porque más que nunca es clave hacer piña. Los afectados por los crímenes de lesa humanidad que investiga la juez gracias a la legislación internacional no piensan soltarse la mano hasta llegar al final de la travesía. Juntos disfrutaron ayer de una conferencia simultánea en la Universidad de Plata y en la de Córdoba, gracias a la magia de las nuevas tecnologías, con ánimos reciclados.

La charla fue intensa y motivante. En Argentina intervinieron el decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la Plata, Aníbal Viguera; la vicepresidenta de la Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia, Ana Messuti; el copresidente de la Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires y exfiscal general federal, Hugo Cañón; y el presidente del Servicio de Paz y Justicia y Premio Nobel de la Paz de 1980, Adolfo Pérez Esquível. Desde España, por su parte, intervinieron el decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas de la Universidad de Córdoba, Miguel Agudo; el profesor de Derecho Constitucional de dicho centro y superviviente de la masacre de los abogados de Atocha Alejandro Ruiz-Huerta; la presidenta del Foro por la Memoria de Córdoba, Ana Claro; y la presidenta de Alumbra, asociación querellante por la búsqueda de niños robados, Mercedes Bueno. Los gasteiztarras que esperan el regreso de Txasko para compartir su fe renovada pudieron saborear la videoconferencia internacional por streaming.

La Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (CeAQUA) aglutina a más de cien colectivos todo el Estado español, dispuestos a promocionar en bloque la única causa abierta en el mundo contra el franquismo. Sus representantes arroparon ayer a quienes les llegó el turno de declarar ante la juez Servini de Cubría. A las diez de la mañana, hora argentina, lo hizo Ascensión Mendieta, de 88 años, cuyo padre fue asesinado en 1939 sólo por ser dirigente de la UGT en el pueblo de Sacedón. Después pasó María Antonia Oliver, presidenta de Memòria de Mallorca, y Elsa Osaba, hija de refugiados españoles en Francia.

Al portavoz de la Asociación de Víctimas del 3 de marzo se le ve sonreír estos días en las fotos que llegan de Argentina. Las víctimas se sienten más fuertes, tras un camino lleno de estériles esfuerzos. El colectivo gasteiztarra sólo ha llegado a conseguir bonitos gestos por parte de las instituciones vascas, mientras veía fracasar el intento de Garzón, como aquella comisión de investigación en el Parlamento que señaló -sin consecuencias jurídicas- a los responsables de la tragedia o el mural que ilustra sobre una fachada de Zaramaga los sucesos de aquel aciago día de 1976. Detalles que todavía continúan, ante la dificultad de acallar los ecos del franquismo y sus coletazos. Hoy, la Diputación y las Juntas Generales realizan un homenaje a las personas represaliadas por la dictadura y un reconocimiento a Aranzadi por su gran labor a favor de la memoria histórica.