¿sabía que en el caserío Aldai de Llodio nació en 1867 un pintor cuya obra engrosa la ingente colección de la pinacoteca más importante del Estado? Pues es cierto, se llama Joaquín Bárbara y Balza y, tras lograr la tercera medalla en las Nacionales de Bellas Artes de 1892 y 1895, en 1897 fue galardonado con la segunda por el óleo sobre lienzo titulado Náufragos (Tragedia del mar), que posee el Museo de El Prado de Madrid. También concurrió a la Universal de Barcelona de 1888, en la que obtuvo diploma. Fue un pintor que cultivó la temática costumbrista y el retrato, y murió en la capital española en 1911.

Y es que, aunque a poca gente le suena su nombre y ni siquiera tiene una calle dedicada a su memoria, "en Laudio también hay historia más allá de la época de la guerra y posguerra, así como hechos y personajes culturales que, por una razón u otra, se han convertido en parte de nuestra historia, pero que son desconocidos por gran parte de la población", explica el alcalde, Natxo Urkixo. Precisamente, el Ayuntamiento de aquella villa ayalesa se ha propuesto sacar del ostracismo a figuras como la de Joaquín Bárbara y Balza, dentro del Plan de Cultura que se ha empezado a impulsar en la localidad.

Otro ejemplo se encuentra en Tomás Zubiaur Cosmen, nacido también en Llodio el 21 de diciembre de 1875. Un veterinario que, por motivos personales, dejó atrás mujer y tres hijos, para labrarse un futuro en Cuba -donde tenía un cuñado- pero que luego dio el salto a México, en donde "terminó atendiendo a los caballos de Pancho Villa durante la revolución". También intervino en una película cinematográfica, aunque regresó a su casa arruinado.

Para elaborar el citado plan, que se está haciendo mediante una metodología participativa, el Ayuntamiento de Llodio ha alcanzado un acuerdo con la UPV/EHU para que alumnos de postgrado realicen un diagnóstico previo de la situación cultural del municipio. No obstante, serán los técnicos municipales quienes lideren el proceso, poniéndose en contacto con los colectivos locales.

Los principales objetivos de la iniciativa, además de recuperar la memoria histórica cultural, son promocionar la cultura en euskera así como la cultura vasca tradicional. También se busca lograr la integración de la población inmigrante en este aspecto de la vida laudioarra y establecer sinergias entre colectivos locales. Por último, la planificación tratará de sacar adelante actos de diferentes y variada disciplinas, hacer una interrelación entre las distintas áreas que organizan actividades culturales, y dar conocer las actividades que se desarrollan a lo largo del año en el municipio. De hecho, tras la redacción del diagnóstico global, se perfilará un organigrama de actividades anuales "con el objetivo de tener un calendario más o menos completo y poder difundirlo de una manera más correcta y adecuada", indicó el primer edil.

A través de este plan también se pretende organizar y mejorar el programa de subvenciones a grupos culturales y asociaciones, así como elaborar un estudio de los locales que actualmente se destinan a la cultura para optimizar su recursos. En este paquete se incluyen los criterios para los préstamos de infraestructuras por parte del Ayuntamiento a los organizadores de eventos, así como la ayuda de los servicios municipales para que sean más eficaces.