Ni una sola empresa ha apostado por instalarse en el polígono industrial Casablanca II. Donde debía haber actividad, ha empezado a crecer descontroladamente la maleza. Y parece que lo seguirá haciendo. Según la información que maneja el alcalde de Laguardia, José Manuel Amézaga, no hay ninguna firma, a día de hoy, que esté interesada en implantar allí su actividad. Y, lo que es peor, la Diputación alavesa mantiene similares previsiones. Mal asunto.

En estos momentos, el supuesto polígono está terminado. Cuenta con todas las canalizaciones y servicios, pero la vista sobre los 213.642 metros cuadrados con los que cuenta arrojan la imagen de un desierto donde, además, comienzan a surgir las malas hierbas, deprimiendo aún más su imagen. La empresa encargada de su construcción por mandato de Alava Agencia de Desarrollo, dependiente de la Diputación alavesa, fue Yarritu. En su concepción se pretendía que esta área industrial fuera una continuación de la que ya existe al pie de la carretera Logroño-Vitoria, en el término municipal de Laguardia, aunque una pequeña parte del suelo pertenece a Lanciego, que se había quedado sin parcelas libres, ya que la demanda fue muy grande en su momento y están todas vendidas.

Sin embargo, los años de vacas gordas se acabaron y llegó la crisis. Entretanto, la gestación del nuevo suelo industrial Casablanca II fue lenta, ya que tuvo que modificarse el uso del suelo y las connotaciones medioambientales fueron muy rígidas, sobre todo en cuanto a los movimientos de tierras que se tenían que realizar, accesos a través de una nueva glorieta que comunicara con el polígono del Carrascal -que todavía no se ha ejecutado- en la carretera que lleva a Oion y las canalizaciones de todos los suministros.

Solventadas las dificultades se dio forma a un polígono industrial con una superficie de 213.642 metros cuadrados, de los que se podrán edificar 166.497 y 12.819 se corresponden con zonas dotacionales. La mayor parcela cuenta con 17.905 metros cuadrados y la más pequeña es de 2.411. En cualquiera de las superficies se puede construir el 70%. El coste de las obras de urbanización supuso una inversión de seis millones de euros, ya que entre las infraestructuras previstas se encontraba una subestación eléctrica, donde sí que hay actividad, al menos a cargo del personal de Iberdrola. Seis millones de euros gastados que no han dado ningún fruto.

Este polígono industrial se integra como una prolongación más en el de Casablanca que, con 350.980 metros cuadrados, tiene vendidas todas sus parcelas y muy próximo al de El Carrascal, de 206.616, y también sin parcelas a la venta. El alcalde de Laguardia corrobora que "la crisis económica se ha dejado sentir en este complejo, y ésa es la razón de que continúe vacío a día de hoy". Al parecer, hubo una empresa de corchos, ya instalada en Casablanca I, que mostró interés en ampliar su superficie pero, finalmente, abandonó la iniciativa, según explica Amézaga.