gasteiz. Aunque al poco de certificarse la supuesta falsedad de las ostracas el asunto de Iruña-Veleia desapareció de los medios de comunicación, desde aquel agitado mes de noviembre de 2008 la producción literaria y los posicionamientos con respecto al yacimiento no han parado de surgir por doquier. Incluso ha habido nuevos hallazgos relacionados con este tema.

El año pasado apareció un grafito del siglo IV en Portugal que contenía tres comillas que la comisión tildó en 2008 como necesariamente falsas, y por otro lado, a las puertas de la muralla de Veleia apareció, también el año pasado, un altar en el que figuraban la inscripción, en latín Eucarpus, esclavo de la res publica de los Veleiani, lo dedicó a Mater Dea.

El pequeño altar, señalan desde Euskararen Jatorria, contradice "varios puntos importantes de los informes profalsedad". La letra M que aparece en esta pieza es igual que las declaradas falsas por la comisión. También aparece Veleian, con una V que en su día fue declarada prueba de falsedad, y tal cual estaba escrito en varias de las ostracas de la discordia. Además, explican desde este colectivo, recientemente se han realizado pruebas de termoluminiscencia a unas tablillas halladas en Astorga que confirman cómo las grafías allí inscritas, y similares a las de Veleia, son auténticas.

En lo relativo al euskera se ha escrito y mucho. La aparición de frases en vascuence 600 o 700 años anteriores a las glosas emilianenses, el primer texto escrito en lengua vasca del que se tenía conocimiento, había dado un vuelco a las teorías sobre el euskera arcaico y amenazaba con obligar a rehacer lo poco que se conoce de la historia del vascuence anterior al siglo XVI. Al poco el entusiasmo se tornó en decepción, los breves textos resultaban infantiles, aparecían llenos de erratas y estaban escritos en una especie de batua.

Después, diversos expertos han formulado sus explicaciones para exponer que los grafitos pueden ser auténticos. La doctora en Ciencias de la Educación Mapi Alonso publicaba este mismo año un estudio en el que comparaba los errores que cometieron un grupo de niños de una ikastola de Pamplona en su proceso de aprendizaje del euskera: son similares a los que figuran en las ostracas. Por ejemplo, olvidar la k en el sujeto de un verbo transitivo, rasgo característico del euskera, es muy habitual en los euskaldunberris, según defiende Alonso, junto con otros autores que en los últimos años apuestan por la veracidad de los escritos de Veleia, como Juan Martín Elexpuru.

El caso de la epigrafía latina del yacimiento es hasta cierto punto similar. Isabel Velázquez, catedrática de Filología Latina de la Universidad Complutense de Madrid y directora del Archivo Epigráfico de Hispania sentenció desde un primer momento que las inscripciones en la lengua de los romanos eran falsas, sin ningún género de dudas.

Otros expertos españoles como Antonio Rodríguez Colmenero, sin embargo, creen posible que los textos sean auténticos, y a él se ha sumado la filóloga Alicia Satué, quien considera que un fundamental error de partida tratar de comparar los grafitos de Veleia con el latín clásico. Para Satué, las ostracas alavesas se corresponden con el latín vulgar de la época, y según señalan desde Euskararen Jatorria, algunas de las palabras consideradas falsas por la comisión de la Diputación aparecen en Pompeya o en la base de datos de textos latinos en Internet Perseus. Satué ofrecerá esta misma tarde una conferencia en Donostia sobre sus estudios.

A todos estos argumentos apela Euskararen Jatorria para exigir que se efectúen las pruebas arqueométricas que deberían datar con la suficiente exactitud, no ya las piezas, que sí son antiguas, sino las inscripciones. Una concentración exigirá hoy frente a la Diputación alavesa que se lleven a cabo esos peritajes, dentro de una campaña en la que también ha colaborado el dibujante Tasio.