AMURRIO. El municipio ayalés de Amurrio posee unas 900 hectáreas de bosque, de las que en torno a 650 son plantaciones de coníferas y el resto de bosques nativos, frondosas y pastos que, desde la aprobación del plan de ordenación de montes públicos del municipio en 2007, son gestionados señalando los usos -forestal, ganadero, de ocio o educacional- más adecuados para cada zona, teniendo en cuenta no sólo criterios económicos, sino también medioambientales, sociales o jurídicos, entre otros.
Así por ejemplo, el Ayuntamiento da prioridad en las adjudicaciones de obras a aquellas empresas que utilicen o suministren madera que posea la certificación PEFC (Panaeuropean Forest Council) o similar, de forma que se garantice que proviene de bosques gestionados con criterios de sostenibilidad, y dar con ello ejemplo a las empresas privadas. Se trata de un modelo de gestión forestal sostenible que también ha sido implantado en los propios montes públicos de Amurrio, con el objeto de acercar la gestión forestal a las demandas sociales actuales, equilibrando la conservación de la biodiversidad y la protección de los suelos y cursos de agua con la producción de bienes maderables, la generación de actividad económica y la educación ambiental.
Eso sí, "aquí no se da ni un paso sin consultar la herramienta guía que es para nosotros el plan de ordenación de montes, ni se autoriza ningún aprovechamiento sin el consiguiente permiso y tasación del ente foral", subraya Iñigo Mínguez, técnico del área municipal de Montes.
Y no debe ser ningún mal planteamiento, ya que esta forma de trabajar ocasionó que, el pasado mes de julio, una delegación internacional de expertos, formada por técnicos forestales de Portugal, Francia, España, Escocia y Nueva Zelanda, visitara los montes de esta villa ayalesa, dentro del proyecto Forrisk. Se trata de una iniciativa dedicada a investigar y prevenir los daños forestales en los bosques del Arco Atlántico, que causan desde las ciclogénesis explosivas y los agentes meteorológicos adversos extremos, hasta los insectos, la sequía, la erosión, los incendios, o la pérdida de diversidad genética. Parte de dicho proyecto es desarrollado por el instituto de desarrollo rural del Gobierno vasco HAZI.
La delegación internacional, acompañada por personal del Ayuntamiento de Amurrio, pudo visitar los pinares afectados por las últimas nevadas en la zona de Ziorraga, así como distintas zonas de monte afectadas por los vientos semihuracanados de enero de 2009 (Claus) y febrero de 2010 (Xinthia), en la zona de Malgazar y Bostarratxeta.
Además de explicar los distintos ensayos llevados a cabo sobre los bosques amurrioarras afectados por los desastres naturales, dentro de dicho proyecto se dio una visión general de la gestión integral de los montes públicos, considerando no sólo el uso forestal, sino también el lúdico, educativo o agro-ganadero, entre otros.