gasteiz. Hubo un tiempo en que la mayoría de los modernos establecimientos de hostelería nacidos en los nuevos barrios rebosaban de clientes casi a diario. Prácticamente no existía otra opción de ocio en estas desangeladas zonas de Gasteiz y, además, corrían mejores tiempos desde el punto de vista económico, por lo que lanzarse a abrir un bar en Salburua o Zabalgana parecía un negocio seguro para los emprendedores. Actualmente, el patrón se repite, pero con matices: cuando un nuevo distrito comienza a nacer lo primero que allí aparece es un bar, que además sirve como una opción muy socorrida para los trabajadores de la construcción y los gremios que deben darle forma, pero ahora ni se construye al ritmo de antes ni la situación económica de las familias es tan boyante. "Mucha gente no sabe dónde se mete, porque creen que es abrir y empezar a ganar dinero, pero no siempre pasa así", asegura Rafa Sáez de Cortázar, responsable del H2O de Mariturri.

Este profesional, aunque en líneas generales satisfecho con la marcha de su negocio, reconoce que "la crisis se nota bastante" y que "hay días en que se trabaja mucho pero otros, nada". Desde Green Arkaiate, Gorka Uriarte también reconoce que no son los tiempos más sencillos, pero que "poco a poco" el negocio va para adelante, tirando también de clientela fija que conoce el otro Green bar de Zabalgana.

Silvia Gómez, vecina de Aldaia, recuerda que al principio los bares de la zona "estaban siempre a tope", pero que ahora "suelen llenarse para el pintxo-pote y poco más". Begoña Caño, de Mendiko Denda, lanza una pregunta: "Bares sí que hay muchos, ¿pero gente en ellos?"