Vitoria. Durante unas semanas cupo la posibilidad de que la oposición vitoriana en bloque formara un frente contra el alcalde Maroto en pleno ecuador de la legislatura y con la vista puesta en las elecciones de 2015. Ayer esa hipótesis se deslavazó en un Pleno de ordenanzas que restableció la configuración política anterior al verano, con el PP sustentado por un PNV que a pesar de todo mantiene las distancias, y con PSE y EH Bildu haciendo una oposición sin matices al equipo de gobierno.

Aunque la OTA, los centros cívicos o el IBI -con excepciones- se han congelado, Maroto, con el respaldo jeltzale, ha aprobado subidas en los impuestos de vehículos y de basuras que establecen sus tramos en función de criterios de sostenibilidad o del número de personas de la unidad familiar, y no en función de la renta. Esta circunstancia ha llevado a PSE y EH Bildu a tachar la entente entre nacionalistas y populares como el "eje de la derecha", en palabras del portavoz soberanista, Kike Fernández de Pinedo. Por su parte, la socialista Marian Gutiérrez censuraba que el acuerdo "penalizará injustamente a las personas que peor lo están pasando, porque no pagará más quien más tiene".

Enfrente, por contra, se celebraba el pacto alcanzado. El portavoz del PNV, Gorka Urtaran, defendía que los impuestos aprobados logran mantener el nivel de ingresos de la ciudad y la calidad de sus servicios públicos "sin castigar el bolsillo de los ciudadanos", y el concejal de Hacienda, Manu Uriarte, hablaba de "subidas muy moderadas que devuelven al Ayuntamiento a unas finanzas saneadas".