vitoria. Javier Maroto ha decidido -para EH Bildu- tomar personalmente las riendas de la cruzada contra los locutorios de Vitoria. Según la coalición, el listado de locales inspeccionados salió directamente de Alcaldía, extremo que el PP desmiente. "Una lista negra", en opinión de la concejala Iratxe López de Aberasturi.

EH Bildu tiene claro que existe una directriz política clarísima, que también es discriminatoria desde el punto de vista burocrático, organizada y proyectada desde el despacho del alcalde para perseguir a las personas que regentan este tipo de establecimientos, porque para inspeccionar otro tipo de negocios, por ejemplo, los bares, la lista no la hace Maroto. Por norma general, las inspecciones se realizan directamente y de forma regular desde el departamento municipal de Salud y Consumo. "Maroto no lo dice porque no le interesa para su discurso, pero la realidad es que sólo se han cerrado tres de los 47 a los que había abierto expediente", recuerda López de Aberasturi.

La polémica de los locutorios surge a cuenta de la nueva ordenanza -pendiente aún de aprobación definitiva- redactada por el gabinete de Maroto para regular estos establecimientos ya vetados en el Casco Viejo y que no se extiendan por el resto de la ciudad. Una normativa que el alcalde justifica debido a los numerosos incumplimientos -dijo- que se han detectado en estos locales. Y cuyo objetivo es que quienes los regentan cumplan la ley igual que el resto del comercio gasteiztarra. Punto éste que no comparte la coalición abertzale. "Que me digan a qué establecimientos les obligan a cosas tan rocambolescas como que tengan los escaparates diáfanos sin cartel alguno para que no impidan que se pueda contemplar lo que sucede tras las cristaleras", apunta López de Aberasturi. "También quiero saber si nos van multar con 3.000 euros si le pegamos un mordisco a un bocadillo en una mercería", apunta.