gasteiz. La red foral de residencias de la tercera edad sumará en menos de tres semanas un nuevo integrante, el geriátrico de Abetxuko, una inauguración que traerá de la mano el cierre del de Arana. La cita tendrá lugar el próximo 19 de noviembre. Pero lo que podría entenderse como una noticia positiva, ya que este cambio supondrá el estreno de unas instalaciones completamente nuevas y con mayor capacidad, no lo será en absoluto para numerosos trabajadores del Instituto foral de Bienestar Social (IFBS) ni para su representación sindical, que ya ha iniciado una serie de protestas.

El motivo no es otro que este cambio derivará también en un baile de profesionales que, a grandes rasgos, supondrá el despido de 15 funcionarios interinos, cuyos puestos serán ocupados en la nueva residencia por personal de Indesa. Una forma más de "privatización", según entiende, por ejemplo, la Junta de Personal del IFBS, porque a pesar de tratarse de una sociedad foral que emplea a personas con discapacidad no deja de ser una empresa privada cuyas condiciones de trabajo distan mucho de las que disfrutan los funcionarios. "Se pierden 15 puestos de trabajo hábilmente reconvertidos con tecnología neoliberal de última generación en puestos precarios de segunda categoría, privatizados, devaluados, eliminados", denuncia la sección sindical de CCOO en el IFBS, la tercera con mayor representación en la Junta.

Esas 15 personas que se van a la calle -vuelven, en realidad, a la bolsa de trabajo del IFBS- han desempañado hasta ahora labores de cocina, mantenimiento, limpieza, atención telefónica o de recepción. Prácticamente las mismas que Indesa asumirá en Abetxuko. Prácticamente, porque el mantenimiento del centro correrá a cargo de trabajadores de la propia constructora de la residencia. Otra manera de privatizar. "Bajo la celada de un supuesto ahorro ningunean derechos, esquilman la línea vital de atención y mercadean con lo que no es objeto de mercado ni mercancía: personas, cuidados, dignidad laboral y asistencial, calidad de vida", censura CCOO.

Hastiados por esta situación, varios trabajadores del IFBS llevaron a cabo el pasado martes 22 un encierro en el hall de la residencia de Arana. Habrá más protestas, aunque los sindicatos prefieren todavía mantener silencio al respecto. Donde no mantuvieron ese silencio fue la semana pasada en las Juntas Generales, donde denunciaron que estos movimientos suponen "la primera vez que se privatizan servicios dentro de la estructura" del IFBS, "un paso peligroso" que avanza un camino hacia el "desmantelamiento" de los servicios sociales y que pone en peligro la calidad de un organismo que "siempre fue excelente".

A juicio de CCOO, el diputado general, Javier de Andrés, y la titular de Política Social, Marta Alaña, "se conducen por un binomio perverso, coste anciano/cama", a cambio de "reforzar" la estructura superior, la de los máximos responsables del instituto. "Duplicidades" en las funciones de estos puestos superiores que también es otro de los caballos de batalla de los trabajadores de base. "Con una media de servicio de 28 años y una media de edad de 51 años, la plantilla está cansada, desilusionada, con la misma estructura blindada y autocomplaciente de hace 26 años", denuncia CCOO.

Fuentes de este sindicato, incluso, denuncian que Lanbide ha entrevistado ya a varios profesionales para cubrir los puestos de los que se ocupará Indesa en la residencia de Abetxuko y éstos no tienen ningún tipo de discapacidad. Si bien es cierto que la sociedad foral puede contratar a un pequeño porcentaje de trabajadores sin discapacidad, no deja de ser éste un motivo más de "crispación" para la representación sindical. "Ofrecerán contratos de 900 euros al mes y además no podrán decir que no por cómo está la situación", denuncian estos medios.