vehículos en un estado "lamentable e incluso peligroso" para quienes los usan, ropa de seguridad con elementos reflectantes insuficientes, una plantilla cada vez más envejecida... Son sólo algunos de los males que afectan al cuerpo de Miñones, un símbolo de la foralidad alavesa que languidece a marchas forzadas. Así lo entiende, al menos, el sindicado independiente de la Policía Vasca ErNE, que en numerosas ocasiones ha denunciado estas carencias en público y en comunicaciones privadas a los máximos responsables del cuerpo. La bicefalia de los Miñones, que se integraron en la Ertzaintza en 1992 pero rinden cuentas al diputado general de Álava -dependen, por por ello, tanto del Gobierno Vasco como de la Diputación-, ha hecho que muchos de los problemas que les acechan se acumulen y terminen quedándose en una suerte de limbo institucional.
Un reciente documento interno de la jefatura del cuerpo al que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA alerta, precisamente, sobre el mal estado y la escasez de los vehículos que emplea la Policía Foral y exige la "sustitución paulatina" de los mismos a las autoridades competentes, en este caso el Departamento vasco de Seguridad. La jefatura del cuerpo, que en la actualidad está integrado por 91 agentes, alerta en esta nota de que los vehículos de esta sección presentan una combinación kilometraje-edad en la que los sistemas de seguridad tanto activa -frenado, dirección o suspensión- como pasiva "pierden un alto grado de eficacia" al presentar en su mayoría "un servicio continuado durante 16 horas al día". Una circunstancia que "puede crear riesgo para los miñones, que los utilizan en servicio diario, y para el resto de los usuarios de la vía". Cabe recordar que las funciones de los Miñones se ciñen actualmente a la protección de edificios y personalidades forales, así como a los controles del transporte en carretera y de la caza y recogida de setas. En lo referente al control del tráfico pesado se produce una curiosa paradoja, que aunque quien financia a los agentes es el Gobierno Vasco, todo el dinero que recaudan en multas va a parar a las arcas forales.
Este mismo documento interno advierte también de que, en ocasiones, los vehículos empleados para distintos operativos nos son los más adecuados en algunos casos. Así, recomienda que los nuevos vehículos deberían ser "tipo furgoneta" para realizar las inspecciones de transportes, aunque ante episodios de climatología adversa estos "no son efectivos" y solicita la adquisición de varios 4x4. "Siendo la dotación de carreteras de seis vehículos, una óptima distribución sería de tres furgonetas y tres 4x4", coches estos últimos que según la jefatura del cuerpo deberían ser los más indicados para realizar labores de vigilancia por zonas rurales y pistas forestales. También se solicita que uno de los vehículos sea sin distintivos, camuflado, y de color oscuro.
El sindicato ErNE, en una circular remitida a la jefatura de sección de Miñones el pasado mes de mayo, ya alertaba sobre la "extrema carencia de vehículos" en el cuerpo, tanto uniformados como de paisano, y sobre el "lamentable y peligroso" estado para sus usuarios. La central sindical exigía entonces que se diesen los pasos necesarios para proveer de suficientes vehículos a la sección, apuntando a la situación económica como posible razón para estas carencias de "organización y efectividad policial".
Mención aparte merece la ropa de seguridad que los Miñones utilizan cuando desempeñan su labor en las carreteras de la zona rural, un sencillo chaleco reflectante que no cumple con los requisitos contemplados por el Instituto estatal de Seguridad e Higiene en el Trabajo en materia de señalización de alta visibilidad. También ErNe exigió el pasado mes de junio, en este caso al responsable del servicio de Prevención de la Ertzaintza, que dote a los miñones del material y la ropa de seguridad necesaria para cumplir con esta labor, que además es su principal cometido, convenientemente. Por encima de todo, porque los datos que la propia Policía dispone sobre accidentabilidad en los distintos cuerpos de seguridad advierten de que la actividad donde existe mayor riesgo de accidente es en la de control del tráfico, "riesgo alto tanto de sufrir un accidente como por la gravedad de las consecuencias". Por ello, ErNE solicitó entonces que los agentes, en lugar de tener que colocarse ropa reflectante cada vez que tengan que intervenir, una conducta "arriesgada" a ojos del sindicato, cuenten en su lugar con elementos reflectantes ya incorporados en su vestuario, con esas condiciones de alta visibilidad que recoge la ya citada normativa estatal. Todavía el cuerpo sigue a la espera de respuestas.
Más todavía, teniendo en cuenta que las unidades de Tráfico de la Ertzaintza ya están dotadas de ropa de alta visibilidad, con los reflectantes incorporados en los propios uniformes, como resultado de un estudio de la accidentabilidad de estas unidades. "La comparativa que hoy se puede hacer de la accidentabilidad en estas unidades en los años anteriores y en la actualidad nos lleva a comprobar que ésta se ha reducido de forma muy importante", advierte ErNE, lo que ha supuesto "una mejora en la salud de los trabajadores y un ahorro en la gestión por parte de la Administración".
Otra de las circunstancias que más preocupa a fuentes sindicales consultadas por este periódico es la elevada edad de la plantilla de los Miñones, que es la más envejecida de entre todas las secciones integradas en la Ertzaintza, con un alto número de jubilaciones. Al no haber nuevas promociones de la Policía vasca a la vista, esta circunstancia seguirá agravándose y, según estos medios, para el año 2015 sólo quedarían 74 efectivos en el cuerpo. De ellos, por su avanzada edad laboral, 52 tendrían la posibilidad de no patrullar por la noche si no lo desean. Las voces que advierten sobre el riesgo de desaparición del cuerpo si no existe una verdadera voluntad política para remediarlo comienzan a ser cada vez más habituales. Por el momento, las centrales esperan respuestas tanto de la Diputación como del Gobierno Vasco. A pesar de que el ente foral incorporó 12 miñones a lo largo del pasado 2012, una medida que permitió rejuvenecer la plantilla, a ErNE no le cuadran los números.
El año pasado, el diputado general, Javier de Andrés, solicitó al departamento de Interior saliente que el cuerpo de Miñones volviese a operar en materia de Tráfico en carreteras de ámbito local, como sí ocurría antes del despliegue de la Ertzaintza. En su día, De Andrés aseguró que tenía cerrado un acuerdo con el exconsejero Rodolfo Ares y que si no se firmó fue porque el ejecutivo se encontraba en funciones. "Sería prudente que fuera el nuevo Gobierno el que diera el visto bueno", advirtió entonces el diputado general de Álava.
A la vista de las circunstancias, la reivindicación de De Andrés quedó en el aire, y habrá que ver si el Gobierno actual la retoma y la hace suya, lo que permitiría liberar de competencias a la Ertzaintza. Y también, claro, insuflar algo de vida a una institución en horas bajas.