Vitoria, 15 oct (EFE).- El Ayuntamiento de Vitoria ha puesto en marcha un plan para controlar la actividad de los "kebabs", bazares chinos y locutorios con el que se pretende defender el comercio tradicional y evitar que este tipo de negocios proliferen en la ciudad.

Con este fin, el alcalde, Javier Maroto (PP), ha anunciado hoy que va a proponer a los grupos municipales la tramitación de una ordenanza específica sobre locutorios, ya que hay contabilizados 47 en la capital alavesa.

Ha desvelado que desde hace ocho meses ha enviado a inspectores a estos locales, generalmente regentados por ciudadanos extranjeros, y ya se han cerrado cinco "kebabs" por motivos higiénico-sanitarios y se ha abierto expediente a otros cinco.

Además, se han clausurado nueve locutorios, mientras que 45 presentan deficiencias en las prestaciones. En cambio no ha habido cierre de bazares chinos.

Respecto a los locutorios, Maroto ha comentado que, además de las incidencias detectadas por los inspectores municipales, ya que venden mercancías que nada tienen que ver con este tipo de locales y algunas de ellas presentan deficiencias importantes, se han recibido denuncias ciudadanas en contra de estos locales.

El Ayuntamiento considera que los locutorios tienen un "bajo valor añadido" en la oferta comercial de la ciudad, de ahí que quiera evitar su proliferación.

"Igual que hace unos años nos pusimos de acuerdo en evitar que se extendieran por el casco medieval, hemos de ser capaces ahora de limitar su expansión por el resto de zonas de Vitoria", ha afirmado.

Por ello, en respuesta a "una petición reiterada de los comerciantes de la ciudad", desde el pasado mes de marzo se puso en marcha este plan de actuación en defensa del comercio local tradicional.

El plan, del que se encargan los departamentos municipales de Seguridad Ciudadana, Medio Ambiente y Salud y Consumo, afecta a kebabs, bazares chinos y locutorios.

"Vamos a cumplir la máxima de todos en igualdad de condiciones y quien incumpla la normativa no puede quedar impune", ha dicho Maroto. EFE