Vitoria. Son muchas las dudas que suscita el certificado de eficiencia energética. Entre ellas, cuáles son los factores que influyen en la calificación final. El portal idealista.com aclara este punto en su página web a través de Xabier Villar, técnico fundador de la empresa Certer. Según explica, el examen tiene en cuenta tanto la localización de la vivienda, como los años de antigüedad que acarrea, las características de las distintas estancias, los cerramientos y huecos. Por eso conviene recelar de aquellas empresas estatales que ofrecen sus servicios por teléfono y son capaces de enviar el papeleo por correo. Trabajar sobre el escenario resulta fundamental para llegar a conclusiones realmente certeras, sobre todo si el propietario del inmueble está interesado en acometer reformas encaminadas al ahorro.
En cuanto a la localización y características físicas, los factores que influyen son la provincia y localidad, ya que marcan la zona climática que define la escala de calificación energética que afecta al inmueble. También tiene mucho que decir la antigüedad de la construcción. Este elemento indica al certificador qué normativas constructivas son de aplicación y la superficie y altura, ya que en su conjunto definen geométricamente qué espacio hay que calificar.
Una vez dentro del inmueble, el experto debe identificar estancias, definiendo cuáles son habitables y las que no. En este segundo apartado se incluyen los garajes, trasteros, desvanes... Es decir, todo el espacio no destinado al uso permanente de personas y al que, por tanto, no le son exigidas unas condiciones térmicas. Muy importante es el estudio de los cerramientos. Han de tenerse en cuenta los muros de fachadas, suelos y cubierta; en definitiva, cualquier tipo de piel por la que pueda entrar o salir energía, ya que esto determina la demanda de calefacción y refrigeración del inmueble. De igual manera, hay que analizar los huecos, mediante las características de los vidrios, los marcos y dispositivos de protección solar (retranqueos, toldos, lamas...). Asimismo, el certificador tiene que comprobar el tipo de instalación que utiliza la vivienda para generar agua caliente y una atmósfera agradable. De sus características y eficacia se extraen datos sobre la emisión de gases contaminantes.
Con la recogida de todos esos datos, el experto ya está preparado para desarrollar en su oficina el trabajo propio de redacción y el cálculo final de la calificación energética. Una vez definido el documento, el propietario de la vivienda -o el certificador, si se ofrece- ha de registrar el documento en el organismo competente del Gobierno Vasco, que expedirá la etiqueta. Ese papel deberá usarse para publicitar el piso y entregarse al comprador o arrendador.