lOS cuatro grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Gasteiz se disponen a negociar, desde la próxima semana, el contenido de los Presupuestos con los que contará la ciudad el año que viene y los impuestos y tasas que habrá que establecer para sufragar esas inversiones y gastos. El debate común y transversal confrontará muchas de las sensibilidades del municipio, pero aún así la propia ciudadanía tiene mucho que decir sobre cómo se gestionarán sus dineros en su ciudad. DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA ha sondeado a cuatro asociaciones vecinales de la capital alavesa en busca de la opinión de la calle.
Bernardino Mendizabal representa a los vecinos de San Martín, un barrio en el que se está llevando a cabo una de las grandes obras de la ciudad, el nuevo Ayuntamiento. Bernardino reclama al Consistorio que efectúe un "estudio detallado" para adecuar la zona, sobre todo en lo relativo a la circulación interna, y en especial cuando el nuevo aparcamiento entre en funcionamiento. En cuanto a la obra en sí, pide que ya que se ha iniciado "se acabe bien", la misma reclamación que plantea en el caso de la reforma del Palacio Europa. Bernardino cree que debería estudiarse "muy en profundidad" cómo se va a llevar a cabo el mantenimiento de una fachada vegetal que despierta recelos en muchos vecinos de la ciudad. "No sirve decir que se va a ahorrar en gasto energético si no sabemos cuánto costará el mantenimiento de las plantas", sentencia.
Por otro lado, la asociación de San Martín celebra que proyectos pendientes como el arreglo del Camino de Santa Teresa vayan a comenzar, aunque reclama al Ayuntamiento que preste más atención al mantenimiento general del barrio.
En lo relativo al gasto social, Bernardino parte de la idea de que "a todos nos gustaría que hubiera más, pero existe la sensación ciudadana de que hay gente que no necesita esa ayuda y la recibe y al revés". Por ello, reclama un mayor control sobre estas partidas "para evitar problemas futuros".
Sobre los impuestos y tasas municipales que los grupos municipales van a debatir en cuestión de días, la asociación de San Martín apuesta por buscar un "equilibrio" que favorezca la estabilidad, pero sin perder de vista que "los impuestos deben adaptarse a la situación".
En ese sentido, recuerda que el Impuesto de Bienes Inmuebles se recalculó en pleno boom inmobiliario, "y los precios de las viviendas no son los mismos, sería necesaria una revisión".
limpieza general Patxi Sosoaga, de Gorbeia Auzokideak, la asociación vecinal de Lakuabizkarra, tilda grandes obras como la de la Avenida Gasteiz, el Palacio Europa o la de la estación de autobuses, que le pilla de lleno a los vecinos de esta barrio, de "gastos innecesarios. Se está derrochando a lo tonto en mitad de una situación malísima", asegura. En lo relativo a impuestos y tasas, Sosoaga comprende que "algunas cosas será necesario subirlas", pero pide mesura, pues "ellos -los políticos- bien que se suben los sueldos".
En Lakuabizkarra, por otro lado, hay una serie de inversiones y arreglos pendientes "desde hace años" que no se acaban de satisfacer. Sosoaga cita el campo de fútbol "que contemplaba el Partido Popular en su programa electoral", el riego automático de la calle Baiona, el mantenimiento de las baldosas, que "están rotas por todo el barrio"; o la continuidad de la calle Girona, "que está continuamente llena de barro".
Además Sosoaga pide una limpieza general en el barrio, pues "los alcorques parecen bosques"; más vigilancia policial, la recuperación de los solares vacíos, o la instalación de la tramoya del centro cívico, que cuatro años después de su construcción no puede albergar obras de teatro por la ausencia de este elemento del escenario. El portavoz de los residentes de Lakuabizkarra entiende que las arcas públicas no viven su mejor momento, pero asegura que muchas de las reclamaciones que plantea no suponen un gran coste económico.
En Judimendi "la pobreza es cada vez más evidente, se nota de forma brutal". Con este mensaje de alerta empieza su discurso Ángel Madina, vocal de la asociación de vecinos de un barrio que ha envejecido mucho y en el que la necesidad está en muchos casos soterrada por la vergüenza que pasan personas mayores que nunca creyeron que podrían verse tan mal. "Cada vez se recurre más a las ayudas sociales, se ve a mucha gente buscando entre las basuras", denuncia. Por ello, en Judimendi consideran que hay que revertir "los recortes sociales" y no gastar en "obras faraónicas como el Ayuntamiento nuevo o la reforma del Europa, una inversión que me sorprende". Para mal, se entiende.
Ángel considera además que el Ayuntamiento "ha abandonado las mejoras en los barrios, han dado muy poco y no llega para cubrir las necesidades", y en cuanto a la política de precios públicos e impuestos, alerta de que una subida de las cargas indirectas "afectaría a la gente con menos recursos. A pesar del famoso pacto fiscal entre PNV, PSE y PP no creo que vayan a cobrar más impuestos a la gente con más patrimonio".
Ana Osaba preside la asociación de vecinos de Ariznabarra, un barrio que tras muchos años de reclamaciones ha logrado que se elimine el cableado aéreo con el que nació el barrio hace medio siglo. Ahora los residentes de esta zona de Gasteiz piden que construya una rotonda o un corte en la mediana en la muga entre Ariznabarra y Zabalgana, una larga vía que los vecinos deben recorrer en su totalidad con el coche para poder pasar de un barrio a otro. "Creemos que es una prioridad, es una calle muy larga, que va desde San Martín hasta Portal de Castilla", explica Osaba, quien reclama además que se arregle esta última vía en su tramo más alto, pues es "la entrada a Vitoria y está muy estropeada".
invertir en lo pequeño A la hora de diseñar un Presupuesto para toda la ciudad, Osaba cree que hay invertir más en limpieza o bien dar un toque de atención a la adjudicataria del servicio, FCC, pues la higiene urbana en Vitoria "deja bastante que desear".
Por otro lado, pide que se fomente la educación cívica para facilitar la implantación de la bicicleta como un medio de transporte más y, en general, que se invierta en "cuidar lo más pequeño, en lugar de las obras faraónicas; que se repongan las baldosas rotas, que se mantengan bien los jardines, que se mejore el Casco Viejo, que se invierta en los centros cívicos, que se van estropeando con el paso de los años...".
En lo relativo al gasto social, Ana Osaba parte de la base de que no se debe recortar, pero se pone "en la piel del concejal de turno" y entiende lo difícil que es distinguir quién realmente necesita las ayudas sociales y quién no. "Hay profesionales del tema que llevan veinte años cobrando las AES, eso no es una emergencia, y ahora hay mucha gente en paro que sí necesita ayuda y pasa vergüenza por solicitarlas".
Ana no quiere que sus palabras se malinterpreten y por eso deja claro que su posición con respecto a este tema va más allá del debate callejero sobre la inmigración y el gasto social, se trata sencillamente de la dificultad que tiene la Administración para evitar las trampas del defraudador, sea quien sea. Y ante la duda, lo tiene claro: "No se debe recortar, no por quitarle la ayuda al que nos toma el pelo hay que quitársela también a quien lo necesita".