vitoria. Una señal advierte a la entrada de la calle Prado de que los vehículos tienen prohibido el paso al centro de Vitoria. Sin embargo, los coches continúan colándose. Haciendo caso omiso a las indicaciones, siguen adelante hasta Mateo de Moraza y de ahí se mueven a sus anchas por Olaguíbel, La Paz, General Álava... Y eso, a pesar de las cuantiosas multas que tienen que abonar tras quedar retratados en la foto, que pueden llegar a 180 euros. Desde que el Ayuntamiento instaló cámaras de vídeo hace un año, Tráfico ha denunciado ya a 3.367 vehículos, pero lo más curioso es que 261 son reincidentes, según los datos que maneja el Ayuntamiento.

Llama la atención en el Consistorio gasteiztarra que, a pesar de las campañas realizadas para informar y de la amenaza de las sanciones, sigue habiendo conductores que prefieren pagar una, dos e incluso tres veces las denuncias que aparcar su coche antes de adentrarse en el centro urbano. De hecho, aunque de enero a abril de este año es cuando más casos se dieron, tras un pequeño bajón en verano -meses de menos tráfico- los reincidentes han vuelto a dispararse en septiembre.

Gracias a las 3.367 denuncias puestas entre septiembre de 2012 y 2013, el Ayuntamiento va a recaudar 512.00 euros. Enero es, con 397 multas por valor de 69.900 euros el mes que más automóviles se han colado por la calle Prado; también el de más reincidentes (45).

A pesar de ser pionera en la peatonalización de determinadas calles, Gasteiz, durante décadas ha sido una ciudad planificada a la medida del tráfico rodado. Avenidas anchas y calles de un solo sentido que conductores de fuera envidiaban. Con la implantación del Plan de Movilidad, la situación ha variado en el centro, cerrado al tráfico desde 2012 para poner en marcha la primera supermanzana de Gasteiz; un área libre de coches, donde el peatón es el rey. Esto en la teoría. En la práctica, los viandantes se siguen mezclando con los autobuses urbanos, el tranvía, los vehículos de emergencias, los camiones de reparto, los autorizados (propietarios de garajes) y los automóviles que se cuelan. Para estrechar el cerco a los vehículos, el gobierno de Javier Maroto ha tirado de cámaras de vigilancia, policías y denuncias. Aun así, el pillaje se mantiene. El Consistorio calcula que son uno de cada diez los conductores que bajo el paraguas protector de la carga y descarga cometen infracción. De los 4.000 vehículos que cada día circulan por el eje de Prado, entre 300 y 400 lo hacen sin autorización.

Los infractores obvian la señal que a la salida de la calle Magdalena les desvía hacia Vicente Goikoetxea y acceden a Prado o Cadena y Eleta por encima de las vías del tranvía.

aparcar sin ota La otra cara de la moneda está en los barrios que bordean el centro. Son los que absorben el tráfico que huye del Ensanche y escapa de la OTA: Aranbizkarra y Judimendi, por un lado; Ariznabarra y San Martín, por otro. Sus calles se han convertido en un deambular de turismos en busca de un hueco libre y gratis para estacionar el coche. El ejemplo más reciente, el de San Martín, donde el desmantelamiento del aparcamiento en superficie del ambulatorio y la reforma de la Avenida han obligado a los conductores a ir aún más lejos, hasta Ariznabarra. Las plazas habilitadas frente a los juzgados, no son suficientes para aliviar la circulación en la zona del puente azul.