M AÑAS, martxos, lumbradas o rondas. Distintas formas para denominar la atracción que ejerce el fuego en la vida de los pueblos, en algunos de los cuales forma parte de una cultura de purificación y en los más se ha convertido en una oportunidad para la fiesta y para fortalecer la convivencia en torno a los choricillos que se asan o a las jugosas patatas. La víspera de la Inmaculada es desde ha ce años en Rioja Alavesa, una oportunidad para esas fiestas y así se comprobó una vez más anteanoche, cuando enormes piras de madera ardieron prácticamente en todos los pueblos de la cuadrilla, reuniendo a su alrededor a un gran número de vecinos que no quisieron perderse el espectáculo.

Para algunos de ellos, esas hogueras forman parte de ancestrales ritos de purificación, seguramente procedentes de la Edad Media y argumentados en las persistentes epidemias que asolaban a las poblaciones. Entonces, tanto la medicina de la época como la iglesia oficial basaban en el fuego la destrucción de los cadáveres y la expurgación de los pecados. Y de esta forma, la víspera de la Inmaculada ha llegado hasta nuestros días cargada con el rito, por ejemplo, de las mañas en Samaniego, Leza, Navaridas o Lanciego. En sus hogueras se prenden manojos de romero y su humo aromático llena cada rincón. Purificar no se sabe bien si purifica, pero llena de agradables olores todas las calles. Por supuesto, el fuego se usa también para preparar patatas asadas, choricillos o lo que se tercie.

En Elciego también existía esta costumbre, aunque las hogueras se solían hacer en la puerta de cada casa, según cuenta un componente de la asociación Landalan, Aitor. "Era una costumbre muy arraigada en el pueblo y tenía un claro fin purificador". Pero con el paso del tiempo y las nuevas costumbres, la tradición se fue perdiendo hasta ahora. Así desde el primer momento que se planteó se contó con la colaboración del alcalde, Luis Aldazabal, "aunque introducimos cambios para hacerlo más atractivo para la gente", reconoce. Para empezar, una sola hoguera y en el precioso espacio de la plaza de la Fuente, una zona restaurada con una impresionante vista de Elciego a la luz del fuego. Anteanoche era la segunda vez que se celebraba y se aprovechó para asar castañas, que se repartieron entre los asistentes que, además, pagó tal delicia gastronómica con leche, arroz, pasta? y demás productos alimenticios que posteriormente se entregarán al Banco de Alimentos o a familias con pocos recursos.

Pero, con todo, las hogueras que parecen ser más conocidas en estas fechas son las de Lapuebla de Labarca: los martxos, una celebración de la que no está claro su origen. Los dos alguaciles del pueblo, Marcelino y Celestino haciendo memoria, recuerdan que los martxos no existían. Lo que si había era una costumbre de chiquillos de ir a robar las gavillas de lo sarmientos con las que entonces se preparaba el cisco para los braseros, y las quemaban en el monte. En Labastida, la Ronda es una tradición que viene también de muy antiguo.