Vitoria. Hubo acuerdo para enmendar el error, pero no el esperado. El equipo de gobierno llegó ayer a un entendimiento con Bildu -en vez de con el PNV- para corregir las injusticias suscitadas al aplicar 260 euros extra a la tasa de basuras en las viviendas vacías, entendiendo como tales aquéllas en las que no hay nadie registrado. Se mantendrá finalmente este mismo criterio, el del Padrón municipal, pero quedarán exentos de pago los dueños de VPO que no hayan podido empadronarse para el 1 de enero y recibirán bonificaciones del 80% aquellos propietarios que acrediten rentas bajas, en concreto dos veces el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

El pacto circunstancial PP-Bildu se produjo en la comisión de Hacienda que el alcalde había convocado para abordar concretamente esta tasa, al considerar que si se trataba en el próximo debate conjunto de ingresos y gastos no iba a poder estar corregida para el 1 de enero. El equipo de gobierno se felicitó por "evitar las injusticias", tras las 1.540 reclamaciones ciudadanas ya recibidas, pero no pudo ocultar su decepción por la forma de llegar a esta solución. Sabía que el socio escogido iba a dar que hablar. Por eso, antes de que se consumara esta decisión, el concejal de Hacienda, Manu Uriarte, pidió en reiteradas ocasiones al PNV que retirara su enmienda a la totalidad para tratar de debatir y acordar juntos otra fórmula, como la de vincular este gravamen al consumo de agua, concepto que los nacionalistas defendieron sin éxito a principios de año.

Los ruegos no surtieron efecto. El PNV mantuvo su enmienda a la totalidad, en un gesto de coherencia con su exigencia de abordar todas las ordenanzas fiscales en el debate conjunto de ingresos y gastos. Tampoco el PSE la retiró, partido que ha sido evidentemente discriminado por el Gabinete Maroto en la búsqueda de cualquier tipo de acuerdo -si se dirigió Uriarte a los socialistas fue para criticar su "actitud destructiva"-. Y Bildu apoyó dichas enmiendas, consiguiendo así que prevalecieran las modificaciones que había logrado en una votación anterior. Un triunfo para la coalición abertzale. Para el PP, no tanto. Nada más terminar la comisión, el alcalde convocó a los medios de comunicación en su despacho con el objetivo de "evitar que se transmitan ciertas sensaciones" y dejar bien claro que "Bildu no es nuestro socio presupuestario".

Maroto aseguró estar "sorprendido" por que el PNV hubiera mantenido su enmienda a la totalidad, tras tantos meses diciendo que la tasa es injusta. No obstante, insistió en que el grupo nacionalista "está en la agenda del PP y es una referencia" a la hora de la negociación presupuestaria por "el liderazgo de este partido en el nuevo Gobierno Vasco". Los jeltzales, mientras tanto, preparaban el contraataque, registrando una proposición de modificación de ordenanza fiscal para eliminar el gravamen a las viviendas vacías tal y como están definidas ahora. "El cambio aprobado con los votos del PP y Bildu mantiene la tasa y bonifica sólo algunos casos, con lo que sigue perjudicando a miles de familias gasteiztarras", explicó el portavoz nacionalista, Gorka Urtaran.

El error, a juicio del PNV, persiste porque la vivienda vacía se sigue definiendo en función del Padrón. Por eso, como ya lo hizo en junio de este año, la formación nacionalista intentará llevar al Pleno la eliminación de la tasa de basuras para los pisos teóricamente deshabitados. El equipo de gobierno, nada más tener constancia de la medida, la rechazó con el argumento anteriormente mencionado: que no daría tiempo a que una nueva formulación estuviera activa el 1 de enero y, además, "no podría" aplicarse posteriormente con carácter retroactivo.

Cambios en el IAE El debate de la tasa de basuras fue la gota final de una comisión en la que también se pusieron sobre la mesa ciertas modificaciones técnicas de otras ordenanzas fiscales. Como el PNV y PSE habían presentado enmiendas a la totalidad del conjunto de dictámenes a debatir, y fueron rechazadas por el PP y Bildu-"nosotros queremos hablar de fiscalidad"-, la reunión fue un toma y daca entre estos dos partidos. Y, en general, los resultados fueron muy positivos para la coalición abertzale, ya que el equipo de gobierno aceptó la mayoría de sus propuestas. La medida más destacada, al margen de los cambios en la tasa de los pisos vacíos, fue la actualización del obsoleto callejero.

Ambos partidos acordaron una nueva zonificación para el pago del Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Las empresas con una factura superior a 1,1 millones de euros ya no abonarán más o menos en función de la arteria donde se ubican, sino en función de tres áreas: Casco Viejo -que recibe ventajas para potenciar la implantación de negocios-, zona residencial y zona industrial. "Así, los bancos y las grandes empresas del municipio van a poner más a la caja común y satisfarán sus obligaciones tributarias independientemente del lugar donde se ubiquen", resaltó Antxon Belakortu, muy satisfecho. Era una reclamación que arrastraba desde que estaba en EA. Y ayer, por fin, vio la luz.

El PSE, no obstante, hizo una lectura muy negativa de este acuerdo. Según dijo, la rezonificación traerá consigo una subida generalizada de entre un 2% y un 11% en el IAE. "Esta es la apuesta que hacen el PP y Bildu por el empleo. En lugar de ayudar a las empresas, muchas de las cuales lo están pasando mal, pagando más IVA y sin ayudas, colaboran en su defunción", advirtió la concejal socialista Marian Gutiérrez.

La denuncia fue acompañada de ejemplos. Según dijo, el pacto PP-Bildu provocará que los negocios ubicados en la calle Zaramaga dispongan "del tipo de impuesto más alto", cuando antes era el menor, apoquinando "un 13,6% más que este año. En Alto de Armentia, vía que acoge la mayoría de concesionarios de la ciudad, "el incremento será de entre el 10% y 11%", mientras que en la avenida de Los Huetos la subida se situará, de acuerdo a sus cálculos, entre el 5% y 10%. "Era necesaria una revisión del callejero, pero no a ciegas, como han hecho estos dos partidos, sino de manera más estudiada y no de forma indiscriminada, como es el caso", subrayó Gutiérrez.