Vitoria. La reforma de las piscinas de Mendizorroza y Gamarra está siendo un saco sin fondo para el Ayuntamiento de Vitoria. La obra iniciada en la era de Alfonso Alonso estaba presupuestada en 25,2 millones de euros, pero posteriores intervenciones han disparado el gasto a 37 millones. Doce millones de euros de desfase, según el informe del interventor municipal, dinero suficiente para construir un centro cívico en Zabalgana. Todo este cúmulo de desaguisados revela que el proyecto original cojeaba por todos lados. Es lo que el concejal del PNV Iñaki Prusilla denomina el culebrón de Mendi y Gamarra, un proyecto que "nos está saliendo un pico", denuncia.
Pero el gasto en las instalaciones deportivas no acaba ahí. Ahora toca arreglar parte de la cubierta del centro social de Gamarra debido a las filtraciones de agua que se producen por el deteriorado estado del tejado. Otro contratiempo en un inmueble nuevo -se abrió en 2008- que ya da los primeros problemas. Para acometer la obra, el ejecutivo de Javier Maroto negociará el precio con al menos tres empresas, aunque la licitación de partida es de 135.054 euros.
El centro social de Gamarra es el edificio que preside la entrada al parque por Eskalmendi. El local donde se ubican la cafetería, restaurante, gimnasio y vestuarios; un moderno inmueble de color verde, con amplias cristaleras y diseño vanguardista, que costó a las arcas municipales seis millones de euros.
Gamarra y Mendizorroza no parecen desde luego el mejor ejemplo de cómo gastar el dinero de los contribuyentes. Lazcoz primero y ahora Maroto han heredado parte de las facturas de aquel macroproyecto y han firmado otras nuevas. Además, las averías, roturas y fugas se suceden desde hace cinco años en las renovadas instalaciones de ambos complejos. La última intervención se realizó a mediados de septiembre en la piscina cubierta de Mendi, apenas año y medio después de su inauguración. Las continuas filtraciones de agua deterioraron tanto las paredes de la pileta que ha habido que pintarla otra vez. El Ayuntamiento dice que reclamará el coste a la empresa porque la obra estaba en garantía pero de momento este contratiempo ya obligó a suspender varios de los cursos previstos.
Ante una obra defectuosa o en garantía, el Ayuntamiento tiene dos opciones: exigir a la empresa que arregle los fallos y corra con los gastos o hacerse cargo de la obra y pasar después la factura a dicha firma. "Esperamos que si hay que hacer obras, el Ayuntamiento defienda los intereses municipales y reclame a los verdaderos responsables", apunta Prusilla.
mantenimiento de colegios Además de intentar que el coste sea cero para el erario público, el edil jeltzale emplaza a Javier Maroto a que guarde algo del dinero del que se ahorre para invertirlo en obras de mantenimiento de los centros escolares de Primaria. "Hace poco le presentamos un dosier de desperfectos en colegios y aún no tenemos noticias al respecto", lamentó el concejal.