Vitoria. El Ayuntamiento de Vitoria cerrará el año con el presupuesto prorrogado y arrancará 2013 sin presupuestos. Lo corroboró ayer Javier Maroto al afirmar que no presentará proyecto alguno hasta que Iñigo Urkullu y Javier de Andrés den cuenta del dinero que Gobierno Vasco y Diputación entregarán a Gasteiz. Sin embargo, la oposición ve en las palabras del alcalde una excusa para seguir haciendo recortes a su gusto sin tener que dar explicaciones al resto de partidos. No hay que olvidar que este año el gobierno del PP presentó un proyecto presupuestario, y días después él mismo lo enterró para decantarse por la prórroga de las Cuentas de 2011.
El Ayuntamiento no tendrá, por tanto, presupuestos hasta que se conforme el nuevo Gobierno Vasco y elabore los suyos. Después intentará un acuerdo con algún partido. Y ello a pesar de que Maroto anunció hace unos meses que pasado el verano abriría un debate conjunto con la oposición sobre los gastos e ingresos de Vitoria. Palabras que ahora se las lleva el viento, ya que lo único que de momento ha puesto sobre la mesa el alcalde es su plan para encarecer las tasas municipales y congelar algunos impuestos como el IBI -uno de los que más ha subido en los últimos ejercicios-. "Me parece bien debatir a la vez ingresos y gastos, pero hasta ahora no lo ha hecho ningún alcalde", justifica ahora Maroto.
Pero además de sin presupuestos, Vitoria empezará 2013 con las arcas municipales vacías. Pocos son los que en el Ayuntamiento se atreven a hablar públicamente de quiebra económica, una palabra que, en cambio, sí cobra fuerza en pasillos y despachos. El edil de Bildu Antxon Belakortu es uno de los que más ha insistido en usar este duro término tras conocer, por ejemplo, que el Ayuntamiento apenas tiene dinero para pagar las nóminas de los funcionarios y que ya se ha echado mano de los recursos de la sociedad urbanística Ensanche 21.
El concejal de Hacienda, Manu Uriarte, reconoció hace una semana que la tesorería municipal sólo cuenta, a fecha 30 de septiembre, con 25 millones de euros entre cuentas corrientes y depósitos, una cifra que oscila constantemente en función de los pagos que entran al Consistorio. Una delicada salud financiera la de Vitoria tras años de "despilfarros" en proyectos de obra que no han visto la luz, y que el portavoz del PNV, Gorka Urtaran, cifra nada más y nada menos que en 35 millones de euros. La gravedad de la situación económica se acentúa si se tiene en cuenta que, además, el Ayuntamiento adeuda a las entidades financieras 125 millones de euros.
Es, por tanto, de esperar que la política de recortes continúe con la llegada del nuevo año. De hecho, Maroto ya lanzó ayer dos advertencias a sus opositores: una, si no se suben los precios de los centros cívicos no habrá cursos a partir de enero; dos, el nuevo Síndico tendrá que ser un trabajador de la casa, porque no hay dinero para contratar a una persona de fuera. "No nos lo podemos permitir", argumenta el alcalde.