Vitoria. La adecuación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a la normativa vigente se ha convertido en una patata caliente para las sucesivas corporaciones municipales. Hace ya diez años, cuando el valor catastral de las viviendas del territorio se actualizó tras décadas sin hacerlo y, en consecuencia, el IBI amenazó con dispararse, la Diputación permitió a los Ayuntamientos asignar al impuesto un tipo inferior al mínimo legal del 0,3%, establecido en el Concierto Económico, para amortiguar ese incremento. Vitoria lo marcó por debajo del 0,2%. Cabe recordar que el recibo anual del IBI se calcula multiplicando el valor catastral de cada domicilio por ese tipo impositivo.
El ente foral abrió la mano, pero también impuso un periodo transitorio para que los consistorios se acercasen al 0,3% de forma progresiva, a través de la actualización anual de las ordenanzas fiscales. La moratoria concluirá el próximo 1 de enero, pero el Ayuntamiento de Gasteiz no ha hecho los deberes a lo largo de los últimos años y, actualmente, el tipo municipal para este impuesto se sitúa en el 0,22%, muy por debajo del mínimo legal. Algunos años, incluso, el recibo del IBI se ha congelado. Todo esto implica que, tomando la normativa foral al pie de la letra, el gravamen debería aumentar con el arranque del año próximo un 36%.
El alcalde, Javier Maroto, ha pedido a la Diputación una nueva moratoria de diez años para que esto no suceda, lo que de salir adelante sin duda supondrá un enorme alivio para las maltrechas economías familiares. Para una vivienda cuyo valor catastral está en los 154.000 euros, el recibo anual se encarecería en enero de los 342 a los 462 euros. "Esto ni lo comparto, ni lo deseo, y voy a hacer todo lo que esté en mi mano para impedirlo", prometió ayer el alcalde. "Mientras exista crisis económica, este impuesto no debe subir", añadió después el primer edil vitoriano, quien ya ha mantenido contactos con los técnicos de la Hacienda foral, que le habrían asegurado que la tramitación de una nueva norma foral "sí se puede hacer". Las Juntas Generales deberán darle el visto bueno posteriormente.
La concesión de una nueva moratoria no implica, sin embargo, que el recibo del IBI vaya a congelarse el año que viene, aunque Maroto sí abogue por ello. Y aunque suponga, a buen seguro, caer en los errores del pasado, el alcalde tampoco es favorable a elaborar un calendario de adaptación progresiva del impuesto al tipo mínimo lega, lo que implicaría una serie de incrementos en el recibo todos los años. A su juicio, esta herramienta "crearía desasosiego y alarma". Claro que, ¿qué sucederá dentro de diez años si el recibo sigue por debajo del mínimo legal del 0,3%? Amparado porque la Diputación es de su mismo color político, Maroto confía en que su petición salga adelante sin problemas. También, en que cuente con el respaldo de la oposición en las Juntas. "Creo que se aprobará con una amplísima mayoría", anheló el primer edil.
La cuantía del IBI de cara al próximo ejercicio, en cualquier caso, dependerá del debate de ordenanzas fiscales que próximamente debería abrirse en el Ayuntamiento con el resto de grupos municipales. El trámite coincidirá en esta ocasión con el debate presupuestario, según informó Maroto, quien aprovechó la ocasión para lanzar un nuevo dardo al Gobierno Vasco por no haber convocado todavía la reunión del Consejo Vasco de Finanzas.
"Arcas secas" El primer edil gasteiztarra se sumó a las críticas de las tres diputaciones vascas y otros ayuntamientos y advirtió de que Gasteiz no podrá elaborar sus Cuentas de 2013 "sin datos certeros", especialmente si no conoce a cuánto ascenderá la aportación del Fondo Foral de Entidades Locales (Fofel), una cifra "vital" según recordó el alcalde. "Todos los presupuestos que quieran tener algo de fiabilidad no se podrán hacer hasta que no se celebre esa reunión", advirtió Maroto, que no iniciará el debate sin conocer "cifras reales".
"Si han dejado las arcas secas es mucho más honrado decir: señores, hemos arruinado el País Vasco, pero alargar la reunión a después de las elecciones para que los siguientes se encuentren el pastel es un problema", criticó el alcalde.