Vitoria. "El alcalde sigue contando sus películas. Se cree que somos tontos (...). Parece que la secretaria general del Pleno ha decidido abandonar. Es mentira. Nos consta que ese cambio es iniciativa suya. No tenemos documento, ni grabación, pero la iniciativa parte de usted. Los sabemos los tres grupos de la oposición".
Estas palabras son del portavoz de Bildu, Kike Fernández de Pinedo, pero bien podrían atribuirse a los representantes de PNV y PSE. Los tres grupos municipales de la oposición acusaron ayer al alcalde, el popular Javier Maroto, de haber presionado a la secretaria general del Pleno, Idoia Martínez Peñalba, funcionaria con plaza y que ejercía estas funciones desde la época de Cuerda, para que dejara el puesto -y pasara a ser responsable del órgano de apoyo a la Junta de Gobierno- y así nombrar a su sustituta, en principio provisional, la hasta entonces directora de Función Pública, Vicky Gastón.
El primer edil no respondió directamente a estas insinuaciones, pero sí alegó que este cambio fue una decisión de Martínez Peñalba. Y, en un último giro de tuerca ya habitual en las comparecencias del regidor, propuso que la exsecretaria sea la nueva Síndica. Por su probada independencia, su contactos con otras instituciones como el Ararteko, porque es mujer y porque sabe euskera. Y así ató otro cabo suelto de la Casa Consistorial: si, tras la próxima marcha a finales de octubre del actual defensor del vecino, Javier Otaola, esta figura seguiría o se ahorraría. Dos polémicas, una solución.
Estas explicaciones provocaron una sonrisa indignada entre el resto de los concejales en una tensa comisión de Función Pública. La comparecencia "de la verdad" o la sesión "de la legislatura" fueron algunas de las descripciones que los corporativos utilizaron para esta sesión, convocada a las ocho de la mañana. Pero el horario no adormeció a la oposición, gracias en parte a que tenía un guión pactado: salvo por una breve introducción, cada portavoz de PNV, PSE y Bildu leyó la misma batería de preguntas al alcalde. Le preguntó por qué se cambió a la secretaria o bien por qué pidió ella ese cambio de puesto y, en ese interrogatorio, le planteó, directamente, si "¿sabe cuál es el plazo para que prescriba un delito de acoso o mobbing?".
Los grupos acusaron al primer edil de haber incitado el cambio de la funcionaria, que ocupaba un cargo esencial: la secretaria general del Pleno es un órgano que vela por la legalidad de las actuaciones del Ayuntamiento y que requiere a una persona con habilitación nacional para el cargo -ella la tiene, su sustituta no- y el perfil lingüístico adecuado. La oposición afirma que el alcalde quiso elegir "a dedo" al árbitro imparcial de la Casa Consistorial. Y censuró que este proceso arrancara el 20 de julio cuando el puesto todavía no estaba vacante. "Lo han querido hacer todo tan rapidito que este viernes (por ayer) no se ha podido celebrar la sesión plenaria. No digan que es por problemas de agenda", censuró el socialista Patxi Lazcoz.
Maroto, en cambio, alegó que se convocó el concurso para buscar un sustituto en agosto y, como el proceso quedó desierto, una ley le permite elegir al sustituto. Y ésa fue Vicky Gastón, directora de Función Pública nombrada para ese cargo por el anterior gabinete Lazcoz.
La oposición habla de designación a dedo; el alcalde, de libre designación. Y ninguno se pone de acuerdo en si esas condiciones legales se podían aplicar en este caso. Sea como fuere, Maroto reiteró ayer que la elección de Gastón es "provisional", y que el concurso para este puesto volverá a convocarse.
El alcalde insistió en que en Bilbao el secretario se nombró de forma similar. Por contra, el portavoz del PNV, Gorka Urtaran, defendió que entonces el puesto estaba vacante en la capital vizcaína y, por tanto, acusó al alcalde de comportarse con una sonrisa de cara a la calle y "como un auténtico ogro en casa". La clave es si hubo presión o no para que Martínez Peñalba cambiara de puesto. La oposición primero lo insinuó, pero luego lo dio por hecho.
¿la nueva síndico? Y, para rizar el rizo, la comparecencia terminó, una vez más, con un anuncio sorpresa. El alcalde, en el último turno de intervención, cuando ya no había posibilidad de réplica, adelantó que propondrá a la Junta de Portavoces nombrar a Martínez Peñalba como nueva defensora del vecino. La oposición lo consideró un intento de desviar la atención. Y los votos de los grupos serán claves en el Pleno para ratificar la propuesta del alcalde, porque se necesita el visto bueno de tres quintas partes de la Corporación para nombrar al nuevo Síndico. En la Casa Consistorial ya se daba ayer por hecho que Martínez Peñalba ha aceptado este nuevo cometido. Sus informes ya no serían preceptivos como secretaria, pero sus propuestas se harían eco de la voz de los ciudadanos.