Vitoria. La romería de Olarizu ha llegado este año rompiendo algunas de las tradicones que viesten el evento cada año. Y es que ni la popular cita en las campas se ha librado este año de las consecuencias del distanciamiento político entre el equipo de Gobierno, con el alcalde a la cabeza, y el resto de grupos municipales. Una tradición de cinco siglos que, según denuncia el PNV, ha suprimido Maroto al eliminar el popular regreso desde las campas argumentando razones económicas, al igual que hizo con la comida de hermandad con las juntas administrativas. A cambio, Maroto ha acudido a Olarizu para servir alubias a los presentes, mientras la oposición se sentaba a la mesa con los representantes de los concejos. Una comida alternativa para 50 comensales que cada uno pagó de su bolsillo.

Lo que no se suspendió fue el recorrido matinal de los mojones, 9,6 kilómetros entre Vitoria, Bolívar, Gámiz, Otazu, Askarza, Arkaia, Monasterioguren, Elorriaga, Arkaute, Betoño, Mendiola, Castillo, Aretxabaleta y Gardelegi, para comprobar que ninguno de estos pueblos ha comido terreno a la capital.