Vitoria. El quinto contenedor llegará a toda Vitoria en los dos próximos años. O menos. La Green Capital ha decidido acelerar el ritmo en la implantación del depósito de tapa naranja para facilitar cuanto antes a sus ciudadanos el reciclaje de restos de comida y plantas. Es la última fase de un camino verde iniciado con la separación, ya rutinaria, del plástico, el vidrio, el papel y el cartón. Eso sí, para introducir esta práctica entre los gasteiztarras con naturalidad y asegurarse un buen resultado, el Ayuntamiento irá extendiendo el depósito de manera progresiva, por zonas, a través de campañas de participación como la que acaba de llevarse a cabo en Lakua, Lakuabizkarra, Ali, Ibaiondo y Sansomendi con gran éxito. En tan sólo dos meses, un total de 750 hogares se han adherido ya voluntariamente a este reto.
La captación arrancó el 11 de junio. Desde ese día y hasta el 31 de julio, un equipo de cuatro informadores medioambientales recorrió las calles de estos barrios para dar a conocer el servicio, informando de las ventajas y los beneficios de la separación de residuos orgánicos. Lo hizo a través de flyers informativos repartidos por los distintos portales y mediante stands ubicados en diversos puntos del campo de acción escogido por el Ayuntamiento. Dos fórmulas rápidas y sencillas que han permitido atraer a 750 hogares: 385 de Lakuabizkarra, 224 de Lakua, 71 de Sansomendi, 56 de Ibaiondo y 14 de Ali.
Son muchos para sólo dos meses de campaña, "sobre todo teniendo en cuenta que la captación de la primera experiencia piloto del quinto contenedor en Abetxuko, Lakua 12 y Arriaga duró seis meses y el nivel de participación fue muy similar", subraya Joseba Sánchez, responsable de residuos del Consistorio. Eso sí, los vecinos que quieran apuntarse y aún no lo hayan hecho siguen a tiempo de aquí a final de año. Sólo tienen que llamar al teléfono 902 540 536 o mandar un correo a materiaorganikoa@gmail.com. Como los hogares que ya dan forma a la iniciativa, recibirán un kit compuesto por un cubo de diez litros, un paquete de bolsas compostables y una guía informativa magnética para consultar dudas sobre los materiales que pertenecen al grupo de materia orgánica.
Aunque las reglas del juego para las familias sean iguales que en la primera fase, los contenedores de la segunda expansión han llegado con novedades que mejoran su funcionalidad. Disponen de más capacidad que los anteriores, puesto que quedó demostrado que quienes los usaban los alimentaban a tope. Además, han abandonado su ubicación aislada para situarse junto a los tradicionales contenedores de papel y cartón, envases y vidrio. Y ya no tienen llave. El Consistorio comprobó que los hogares voluntarios de la etapa inicial de la recogida selectiva de residuos orgánicos cumplían a la perfección con su labor, pero también que para más del 63% de esas personas este mecanismo de control suponía una traba. Así que desapareció.
Los vecinos de Abetxuko, Lakua Arriaga y Lakua 12 han dejado muy alto el listón a los nuevos aspirantes, no tanto por el número de familias participantes como por las buenas prácticas demostradas. Desde la puesta en marcha de la iniciativa, en febrero de 2010, los 838 hogares apuntados al quinto contenedor han generado 293,6 toneladas anuales de residuo orgánico selectivo, con una calidad que sobrepasa el 98% en la escala de pureza. El Ayuntamiento había calculado inicialmente que iba a ser del 97%, así que las expectativas municipales han sido superadas con un reciclaje cuasi perfecto generador de un abono natural de gran calidad.
De hecho, el destino de los residuos del quinto contenedor es la planta de biometanización y compostaje de Jundiz. Allí son transformados en compost para alimentar los cultivos agrícolas. No obstante, los ciudadanos que participan en la iniciativa pueden retirar una pequeña cantidad del abono natural que se ha fabricado gracias a su complicidad para utilizarlo en labores particulares. Por ejemplo, en jardinería. Así lo han hecho muchos de los primeros voluntarios, sellando el cierre perfecto al círculo de sostenibilidad de los restos de comida y plantas.
Los grandes resultados, no obstante, están por venir. Sánchez prevé que antes de que finalice el año, "probablemente en octubre", se llevará a cabo una nueva campaña informativa en otros barrios de la ciudad. Es seguro que la mancha naranja seguirá extendiéndose por el norte, por una cuestión de operatividad, pero el responsable de residuos aún no se atreve a marcar las próximas zonas sobre un mapa. Lo que tiene claro, eso sí, es que no pasarán dos años sin que haya quinto contenedor en toda Vitoria e incluso se muestra convencido de que el Ayuntamiento logrará rebajar ostensiblemente ese horizonte. Es cuestión de voluntad.