Vitoria. Año tras año, las asociaciones vecinales de Vitoria hacen virguerías para confeccionar unas fiestas de barrio dignas y disponer aún de un pequeño colchón para organizar otras actividades deportivas y culturales. Del dinero que les concede el Ayuntamiento, dicen, hay poco donde rascar. Por eso, el retraso en la convocatoria de las subvenciones de este ejercicio, con la consiguiente incertidumbre de no saber cuándo ni cuánto van a recibir, y el endurecimiento de las condiciones para acceder a las ayudas ya han tenido consecuencias. Principalmente, la suspensión de los festejos del Casco Viejo y Salburua. Ahora bien, el gabinete de Javier Maroto no está dispuesto a asumir la culpa de este trance. Al revés. "La responsabilidad es de las propias asociaciones y lo que no pueden es responsabilizar de sus acciones a la Administración", advirtió ayer el edil de Participación Ciudadana, Alfredo Iturricha. Fue una reacción contundente a las críticas que en las últimas semanas habían lanzado los colectivos vecinales, tanto los que han tomado la drástica decisión de dejar sus barrios sin fiestas como aquellos que han seguido adelante pero con la duda de poder hacer frente a los pagos ya contratados por no saber qué subvenciones recibirán al final, como es el caso de Judimendi. Todos ellos culpaban del panorama al gobierno, pero ayer Iturricha no sólo restó valor al retraso en la convocatoria y a sus condiciones sino que además les invitó a no alzar tanto la voz. "Las asociaciones de los barrios son unas privilegiadas. Otros colectivos no reciben ayudas y cumplen sus objetivos, mientras que ellas tienen subvenciones para las actividades, los gastos del local... Son las menos indicadas para reprocharnos que no colaboramos", opinó el edil, quien además negó que se haya animado a los afectados a pedir créditos.

Al menos la crítica fue acompañada de información importante para las agrupaciones vecinales. Iturricha aseguró que "este mismo mes o el que viene" se realizará el primer pago, si bien para el segundo habrá que esperar a septiembre. El concejal defendió que la convocatoria se puso en marcha "en cuanto se pudo, conforme al ordenamiento jurídico, con el conocimiento de todas las asociaciones" y que los trámites se han agilizado al máximo. Ahora bien, admitió que para el año que viene convendría iniciar el proceso antes.

PNV y Bildu, los dos grupos de la oposición que habían puesto el tema sobre la mesa, recordaron que las fiestas y el resto de actividades que organizan las asociaciones promueven, más allá de la diversión, la cohesión social y la actividad económica. Por eso, se negaron a restar importancia a las consecuencias de la gestión del gobierno y confiaron en que no vuelvan a repetirse.