VITORIA. Resulta inevitable rendirse a un ghery, un morrison o un gaudí. Es arquitectura que engatusa con una sola mirada, por fuera y por dentro. Un impacto estético que se esfuma al entrar al palacio de congresos y exposiciones de Vitoria. Era un edificio modesto, en sus formas, cuando se levantó hace más de veinte años y sigue transmitiendo sencillez ahora que está a punto de concluir su primera fase de rehabilitación: la conversión de las pistas de squash y el gimnasio en la sala Green Capital. A simple vista, se trata de un espacio de 600 metros cuadrados blanco, diáfano y luminoso. Como otros tantos. Pero en el Europa, las primeras impresiones no valen para nada. Porque el verdadero mérito de la reforma integral que ya se ha puesto en marcha en el otrora ala deportiva del palacio reside principalmente en lo que no se ve. Y lo que no se ve es un canto impetuoso a la sostenibilidad, pura revolución nunca experimentada en un inmueble ya construido.
La nueva sala, con acceso directo desde la zona central del Europa y la calle Chile, se alimenta de materiales reciclados y reciclables. Para el aislamiento, el Ayuntamiento ha recurrido a lana volcánica reciclada de cenizas de fundición y a lana mineral de la marca Ecose, cuyo proceso de fabricación consume mucha menos agua de la habitual y le ha hecho merecedora de numerosos premios que certifican tanto su calidad como su sostenibilidad. Para el cerramiento, el Consistorio ha echado mano de un pladur desmontable, que permite separar los elementos de los que se compone en caso de que haya que cambiarlo por otro para su posterior reutilización. Nada de acabar en Gardelegi en un solo pack.
El techo ya no llega hasta el tejado. Se ha creado uno a mitad de camino para, en una segunda fase, habilitar justo encima otro espacio de congresos y exposiciones. El nuevo tejado está salpicado por lucernarios que llenan la sala de luz natural, rodeados por unos leds que controlan la intensidad y cubiertos por unas telas que la tamizan. El resto de bombillas también son del mismo tipo. Consumen un 20% menos que las tradicionales y un 50% menos que las fluorescentes. Se notará en la factura. Antes, en este espacio había lámparas normales, las de descarga. Además, esta vez llegan con colores, rojo, verde y azul, para ambientar el espacio según las necesidades.
El sistema de climatización también se ha pasado al bando green. Ha subido del sótano a la entreplanta, un cambio que permite coger el aire de la Avenida de Gasteiz y llevarlo hasta la nueva sala a través de un recorrido menor que el anterior, gastando menos y aumentando el confort. Precisamente lograr la máxima comodidad sin perder de vista la eficiencia energética ha sido una de las obsesiones del Ayuntamiento. Y, por eso, tanto la temperatura como la iluminación están controladas a través de un programa de software con pantallas táctiles que permite planificar los grados perfectos y la luz ideal en función del número de personas que se congreguen -el aforo máximo es de 600- y el clima en la calle.
Esa tecnología también controla la alarma de incendios y la de intrusión. Todo está automatizado. Y todo cumple las normativas vigentes. Para una rápida evacuación en caso de que se desate un fuego, existen tres puertas de salida, la principal en la parte central del edificio, la secundaria por Chile y una tercera, la de emergencia, en esta misma calle. La accesibilidad, dice el Ayuntamiento, también está garantizada. La sala descansa a ras de calle, sin un solo escalón, y las puertas permiten el paso de las sillas de ruedas.
La primera fase de la reforma ha incluido la rehabilitación del hall, de pasillo a espacio diáfano con zona de conserjería y guardarropa, y la conversión de los aseos de la zona deportiva (900 metros cuadrados) en un área de servicios compuesta por almacenes, zona de catering, así como un baño masculino y otro femenino. Los lavabos también disponen de luces led provistas de sensores y una climatización que llega desde la nueva sala y se va por unos extractores. Desde los espacios abiertos hasta los rincones más íntimos, el nuevo Europa brilla por su respeto al medio ambiente y la eficiencia energética. Los vitorianos podrán comprobarlo en cuanto se estrene el espacio Green Capital. Seguramente, a más tardar, en un mes.
l Tres en uno. La nueva sala de 600 metros cuadrados, construida con materiales reciclados y reciclables, puede dividirse en tres partes según las necesidades.