Vitoria. "Tenemos el problema, por fin tenemos la solución y pedimos al Ayuntamiento que la ponga en marcha ya". Si hacía falta saber qué opina la asociación de concejos de Vitoria (Acovi) sobre la iniciativa del sector del taxi para conectar los 63 pueblos del municipio con la ciudad, ayer su postura quedó meridianamente clara. Los representantes de la zona rural respaldan la fórmula: doce rutas con cuatro horarios de recogida y otros cuatro de vuelta que se cubren si al menos un usuario llama minutos antes por teléfono, a precio de transporte público con trasbordos en las paradas de Tuvisa más próximas que lleven al centro. Es el resumen de un proyecto de servicio de movilidad a demanda llamado a resolver la histórica carencia de conexión de los pueblos y que, gracias a su flexibilidad, podría modificarse sobre la marcha en función de las necesidades que se detecten.

La asociación alavesa del taxi y la de los concejos hicieron piña ayer en su comparecencia en la Comisión de Medio Ambiente para defender la propuesta y lograr el respaldo de los grupos políticos. Su fórmula se inspira en el modelo que lleva funcionando "con gran éxito" en la comarca de Pamplona desde hace cuatro años, lo que a su juicio es razón más que suficiente para dar el paso definitivamente en Vitoria. Ambos colectivos consideran que así se abre la puerta a un sistema "ágil, eficaz, flexible, más rentable que establecer líneas de autobuses y eficiente desde el punto de vista energético, puesto que sólo se entraría en los pueblos que hubieran pedido el servicio". Además, según los taxistas, su planteamiento le da mil vueltas al que contempla el estudio elaborado a instancias del Consistorio para poner en marcha un proyecto piloto sobre una partida de 350.000 euros acordada por el PSE y el PNV en la pasada legislatura y recuperada por el PP.

Ese informe propone encargar la gestión a una empresa externa, que echaría mano de un call center para coordinar las llamadas, con cinco vehículos para todos los vecinos e itinerarios fijos. Para los taxistas, esa iniciativa se traduce en una contratación innecesaria, una flota insuficiente y una rigidez contraproducente. Ellos, dicen, ya disponen de todas las tecnologías, conocen el terreno mejor que compañías ajenas a Vitoria, pueden poner a disposición de la zona rural toda su flota, cuentan con vehículos adaptados a discapacitados, para animales y con hasta siete plazas, y sólo acudirían a los pueblos que demandan el servicio. "Por un lado, tendríamos un control de datos que nos permitiría mejorar el sistema sobre la marcha. Y hemos calculado que se podría ahorrar bastante de esos 350.000 euros, ya que se cobraría por servicio prestado, no por la ruta", defendió el portavoz de los taxistas, José Antonio García. "Y encima con este sistema se genera riqueza para la ciudad, porque el dinero se quedaría en casa", apuntilló la presidenta de Acovi, Miren Fernández de Landa.

Tras tantas propuestas caídas en el olvido, esta mujer tiene más claro que nunca que ha llegado la hora de actuar: "Es que ni siquiera hace falta un proyecto piloto. La experiencia de Pamplona, donde todos los alcaldes de la comarca están encantados, debería de ser ya nuestro proyecto piloto. Y aquí, como allí, se pueden hacer modificaciones a posteriori. Además, vamos a poner toda la carne en el asador para que funcione, porque es la mejor propuesta", dijo la portavoz de los pueblos de Vitoria.

Los grupos políticos de la oposición se mostraron receptivos, especialmente el PNV. El concejal nacionalista Álvaro Iturritxa exigió al gabinete de Javier Maroto que ponga en marcha el proyecto piloto propuesto por los taxistas en junio. "Tenemos el dinero, las herramientas tecnológicas necesarias y creemos que esta propuesta cuenta con todos los ingredientes para que funcione con un alto nivel de satisfacción para los usuarios. Además, favorecería la economía local porque ayudaríamos a los taxistas a afrontar la situación de crisis que ha provocado un marcado descenso en su actividad", subrayó el edil. Por todas esas razones, solicitó la convocatoria de un consejo extraordinario de Tuvisa, en el que tanto los taxistas de Vitoria y un representante de los de Pamplona detallen el proyecto para tomar una decisión "de forma inmmediata".

Estudio pueblo a pueblo El PSE y Bildu defendieron la necesidad de acabar con la carencia de transporte público, pero mostraron dudas acerca del funcionamiento en sí del servicio. Se preguntaron, concretamente, si no sería mejor que los viajes tuvieran como destino centros de salud, hospital o escuelas, en función del perfil demográfico de cada ruta, en vez de las paradas de Tuvisa que llevan al centro. Los taxistas ya contemplaban esa cuestión y no dudaron en resolverla. "Es posible y precisamente la flexibilidad del servicio permitiría hacer las modificaciones, pero para comprobar esas necesidades sería importante ponerlo en marcha primero", explicaron. Del mismo modo opina Acovi, que está dispuesta a evaluar puerta a puerta las necesidades de transporte de los distintos pueblos para que la iniciativa quede lo más atada posible en caso de que siga adelante.

El gobierno, mientras tanto, se mostró reticente. La concejal Marian Castellanos defendió la necesidad de diseñar una propuesta con call center, que involucre a otras administraciones -Diputación, Osakidetza...- y que logre la mayor eficiencia energética. Por este motivo, explicó, se han solicitado las subvenciones al EVE y a Idae, "y es muy posible que las obtengamos pronto si conseguimos esto". Sin llegar a valorar la propuesta de la asociación del taxi, instó a evaluar tanto ésta como la del estudio municipal en el próximo consejo de Tuvisa, a finales de mayo.