Vitoria. "Una trola", "un engaño" o una venta de "humo". Así se refieren desde la oposición municipal a la presentación, a cargo del gabinete Maroto y del ministerio de Fomento, de los nuevos pasos en torno al soterramiento. PNV, PSE y Bildu coinciden al considerar que fue una nueva estrategia de "marketing" del PP. Una situación tensa para una Casa Consistorial donde el alcalde tendrá que buscar apoyos para acordar qué hacer con el suelo que liberaría esta operación.

La resaca de la visita de la ministra de Fomento, la popular Ana Pastor, a Vitoria todavía dura. Y amenaza con convertirse en un dolor de cabeza para el ejecutivo de Javier Maroto. El primer edil confió, en la polémica conferencia de prensa de anteayer, en que la visita de la ministra y sus palabras de respaldo al soterramiento sirvieran para "despejar las dudas" en torno a una operación faraónica, la de desviar las vías del tren hacia el norte y colocar la estación ferroviaria en la parcela del colegio Pío Baroja, sobre la que se ha debatido desde hace más de diez años en la capital alavesa.

No ha sido así. Y no sólo por la inclusión de apenas 36.000 euros en los Presupuestos Generales del Estado para este proyecto, sino más bien por la puesta en escena. Las palabras más criticadas por la oposición fueron el anuncio de que la primera fase del soterramiento arrancará el próximo año, cuando en realidad el grueso de esta operación se realizaría más adelante y sus plazos y coste se conocerán en alrededor de año y medio, cuando en principio estará listo el proyecto constructivo. Y, mientras, lo que sí avanza es la conexión entre el Tren de Alta Velocidad y la actual estación de tren en Dato.

Bildu fue el primero en cargar contra este anuncio. La coalición, en el mismo día de la presentación, acusó al PP de "vender humo" y lamentó que no se haya aclarado cómo financiaría el Ayuntamiento -en los planes barajados hasta ahora, debería aportar más de 75 millones- el soterramiento. El portavoz del grupo, Kike Fernández de Pinedo, expuso la paradoja de que "hayan venido a hablarnos del soterramiento y resulta que lo único que nos han dejado claro es que las obras que son una realidad son las de la Y vasca", las que son en superficie.

El PSE compartió estas sensaciones. Su portavoz, Patxi Lazcoz, opinó que Maroto -a quien advirtió de que le pueden acabar llamando "El Trolas"- y Pastor jugaron "al engaño". El exalcalde insistió en que sólo se ha presentado un empalme para que la alta velocidad llegue a Dato y, mientras, el soterramiento queda "en vía muerta". Sin fecha de inicio ni coste, y con una "sociedad fantasma" sin equipo técnico, a pesar de que así lo solicitó el PSE en la reunión de la sociedad del soterramiento de este martes. Lazcoz, pese a todo, se mostró dispuesto a arrimar el hombro para impulsar el soterramiento, pero siempre que se incluyan partidas a este respecto en los Presupuestos Generales del Estado.

El PNV también hizo números. El portavoz jeltzale en el Ayuntamiento, Gorka Urtaran, apuntó a través de un comunicado que "según nuestros cálculos, sólo para que sea posible contratar el proyecto constructivo del soterramiento, este año harían falta entre 13 y 17 millones". Y ese dinero no está en los presupuestos de los gobiernos central, vasco, alavés y vitoriano. De ahí que Urtaran hablara de un sólo resultado tangible: la foto del alcalde con la ministra. El resto son "dudas".

Tres grupos de la oposición, tres opiniones coincidentes, y tres puertas a las que, en principio, tendrá que llamar el alcalde cuando quiera plantear el debate sobre los terrenos que libere el soterramiento. Aunque, por lo dicho ayer, el alcalde tendrá que aportar más datos.